Transitando sobre el estado de flujo de efectivo

El estado de flujo de efectivo constituye uno de los reportes financieros esenciales que en el contexto de un negocio, o bien, desde las finanzas personales debiésemos estar muy familiarizados, ya que nos permitirá tener un panorama de lo que está sucediendo con nuestra gestión del efectivo. 

 


Este reporte, el estado de flujo de efectivo (EFE), constituye uno de los componentes de los estados financieros, encontrándose contemplado en amplio desarrollo en la NIC (Norma Internacional de Contabilidad) 7.

Al respecto, el EFE nos brinda la posibilidad de conocer respecto de un periodo contable la manera en que ha circulado el dinero, es decir, el efectivo y efectivo equivalente (en breve, aquellas inversiones a corto plazo que gozan de gran liquidez) en una organización.

Normalmente, este estado financiero está referido a un periodo de tiempo específico, y mantiene la continuidad en el tiempo, es decir, los saldos finales del periodo anterior pasan a constituir los saldos iniciales del periodo siguiente.

Si bien el saldo de efectivo y efectivo equivalente podría ser identificado en el estado de situación, otro de los reportes financieros esenciales, ello no resulta tan contributivo desde el punto de vista informativo para la toma de decisiones, ya que no visibiliza la manera de como se genera dicho saldo, lo cual es un aspecto relevante tratándose de un adecuado análisis y evaluación de la gestión financiera, especialmente sobre un recurso tan importante como lo es el efectivo.

En consecuencia, el estado de flujo de efectivo lo podríamos considerar como una extensión informativa del estado de situación, específicamente referido al saldo de efectivo y efectivo equivalente, y particularmente a los movimientos que se han generado en torno a él.

Por otra parte, las cifras que incluye este documento dado que están referidos a la situación del efectivo y sus movimientos, podremos observar que presentan dos escenarios: los valores pueden ser positivos, o bien, negativos. El que sea de una u otra forma responde a que el dinero ingresa (agrega) o egresa (sale) de la organización, por tanto, el carácter positivo esta vinculado con la primer situación, mientras lo negativo resalta lo segundo.

De lo anterior, y mirado desde un ángulo general de un negocio, aunque también ello acontezca en las finanzas personales, resulta más favorable disponer de saldos positivos que saldos negativos. La tenencia de efectivo transmite cierta tranquilidad, pero también demanda responsabilidad en su administración.

Ahora bien, tratando de familiarizarnos con la estructura sobre la cual descansa el EFE, se puede señalar que tiene dos grandes componentes informativos. El primero ubicado en la parte superior del reporte, que nos proporciona una idea en torno al flujo de efectivo neto que se ha generado/consumido en el periodo en análisis. En tanto el segundo, nos permite formarnos una idea respecto a la forma en que se determina el valor de la última línea del reporte, esto es el saldo final de flujo de efectivo y efectivo equivalente.

Ahora bien, cuando recorremos el estado financiero, en la que el saldo final se encuentra en la parte inferior, una de las primeras preguntas que nos podríamos plantear es ¿cuál ha sido el saldo final en el periodo analizado y que ha sucedido con relación al periodo anterior?

El tal sentido, el saldo final conforme la presentación del estado de flujo de efectivo (EFE) se construye grosso modo a partir de la interacción del saldo inicial, es decir, el saldo que proviene del periodo anterior, más lo que se ha generado como flujo neto de efectivo en el periodo presente. De ahí, podremos deducir si el saldo final que hemos visto y que nos ha generado una grata sonrisa y sensación es efectiva, ya que podremos ratificar si dicho saldo ha sido generado en el periodo presente (flujo de efectivo neto del periodo), o bien por el contrario es consecuencia del flujo de efectivo que proviene del ejercicio anterior.

Por otra parte, si deseamos descubrir y comprender como se ha generado el flujo de efectivo neto del periodo, deberemos subir la mirada en el reporte, y respecto de lo cual nos daremos cuenta de que este valor es el resultado de la interacción que se produce en tres flujos:

a) Flujo de operaciones: son dineros vinculados con las actividades propias a la naturaleza del giro o actividad que se desarrolla, como, por ejemplo, en términos de las entradas de efectivo tenemos las cobranzas de las ventas, en tanto en los desembolsos podemos considerar el pago de sueldos.

b) Flujo de inversiones: son dineros relacionados con actividades que involucran la aplicación de dineros en inversiones, tales como la toma de un depósito a plazo, o bien la adquisición de un terreno, por ejemplo, así como la generación de flujos monetarios a partir de la venta de acciones o la venta de una maquinaria.

c) Flujo de financiamiento: son dineros vinculados con su obtención a través de operaciones financieras como podría ser un crédito bancario, o bien la colocación de instrumentos de renta fija en el mercado bursátil, o la aplicación de recursos monetarios para pagar las cuotas de un leasing, o el pago de dividendos a los accionistas comunes.

Al analizar el flujo neto de efectivo del periodo, en una mirada general, se debiese observar si su valor se obtiene o descansa en todo o parte en el flujo de efectivo operacional, ya que aquí se encuentra la esencia o naturaleza del negocio.

Lo mencionado es relevante, pues podríamos darnos cuenta por ejemplo de que el efectivo neto del periodo que se presenta con saldo positivo y es mayor con relación al obtenido en el periodo anterior, podría ser el resultado de haber recurrido a la obtención de un crédito bancario (flujo de financiamiento), o bien a la enajenación de un bien raíz (flujo de inversión).

Por otra parte, tratándose del flujo proveniente de lo operacional hay que señalar que existen dos maneras bajo la cual se puede presentar la información: método directo y método indirecto. En el primero, las cifras se presentan por separado de los cobros (recepciones) y pagos (desembolsos). En tanto en el segundo, se presenta el resultado neto obtenido por la entidad, a la cual se le agregan/deducen diversas transacciones de acuerdo con las características y origen de las transacciones.

De lo anterior, se puede deducir que el mecanismo de preparación y presentación más efectivo, y también más transparente y fácil de comprender, aunque eso también queda a gusto del usuario, se encuentra asociado con el método directo. Tal es la situación que la NIC 7 en su párrafo 19 recomienda a las entidades que al presentar sus flujos de operación lo hagan basándose en esta metodología.

Sin duda, al preparar este pequeño artículo y a lo mejor mezquino en el alcance desarrollado sobre este importante estado financiero, por favor no se queden con la idea errada de que se ha pretendido mostrarlo en toda su magnitud, si no que, por el contrario, se busca brindar una mirada general, cercana, de manera tal de visualizar y dimensionar el aporte informativo y contributivo que nos puede proporcionar en la gestión y toma de decisiones cuando lo revisamos con algo más de detenimiento, atención y reflexión.

Mauricio Andrés Burgos Navarrete, Director de la carrera de Auditoria e Ingeniería en Control de Gestión, Facultad de Administración y Negocios, Universidad Autónoma de Chile (Sede Temuco). 

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