. Realmente
es un progreso?
El Parlamento Europeo y el Consejo finalmente
llegaron a un acuerdo el 29 de mayo sobre el nuevo paquete legislativo relativo
a Schengen. Llegar a un compromiso siempre es algo positivo. De este modo, se
ha dado luz verde a la nueva gobernanza del espacio sin fronteras internas,
tras un bloqueo en el proceso durante un año y medio, debido a las divergencias
en los puntos de vista entre el Parlamento y el Consejo.
Sin embargo, la cuestión es si la nueva
gobernanza representa un avance o un paso hacia atrás. Es algo que,
evidentemente, depende de la parte en la que nos posicionemos, pero también del
modo en el que los Gobiernos europeos perciban el reciente compromiso.
Algunos
Estados miembros decidieron unilateralmente suspender el acuerdo. Una suspensiones
sin sanción.
Este sería el resumen del historial de esta
cuestión: en 1985, siete países de la Comunidad Europea, la UE de entonces,
firmaban en la pequeña localidad luxemburguesa de Schengen un acuerdo cuyo fin
era abolir las fronteras interiores. Algo que en la práctica no se consiguió
hasta 10 años más tarde. Desde entonces, se han adherido un buen número de
Estados, incluso Estados que no son miembros de la Unión, como Noruega,
Islandia, Suiza o Liechtenstein, de manera que hoy, el espacio Schengen incluye
a 30 miembros, de los cuales 27 aplican realmente el acuerdo, mientras el resto
se encuentra en transición.
Todo marchaba bien hasta que, en los últimos
años, la presencia de una gran cantidad de inmigrantes empezó a molestar a
parte de los autóctonos, algo ante lo que los políticos no podían permanecer
indiferentes. La situación se agravó con la crisis económica y, por
consiguiente, resultó urgente introducir nuevas normas en el espacio Schengen.
Durante este tiempo, algunos Estados miembros
decidieron unilateralmente suspender el acuerdo. Fue el caso de Francia e
Italia en la primavera de 2011, exponiendo como argumento la presión de varios
millares de inmigrantes norteafricanos. O de Dinamarca, ese mismo año, por
razones más bien electorales: llevarse algunos votos antes de las elecciones
del otoño. A pesar del impacto mediático de la suspensión del acuerdo, el
Gobierno de centro-derecha no llegó a ganar las elecciones. Por supuesto, la
Comisión Europea no sancionó ni a Francia, ni a Italia, ni a Dinamarca.
El
nuevo sistema de gobernanza del espacio Schengen ha encontrado un punto medio?
El nuevo sistema de gobernanza del espacio
Schengen ha surgido del enfrentamiento de dos puntos de vista contrarios. El de
los Gobiernos (el Consejo), que pedían más libertad para los Estados, para que
pudieran volver a instaurar controles en las fronteras cada vez que lo
estimaran necesario. Y el del Parlamento, que quería imponer condiciones
estrictas a la suspensión unilateral del acuerdo, con el fin de defender el
derecho de los ciudadanos europeos a la libre circulación.
Al final, el Consejo y el Parlamento han
encontrado un punto medio. Los Estados miembros podrán volver a introducir
controles en las fronteras durante un periodo máximo de dos años, cuando se
consideren amenazados por una oleada masiva de inmigración.
Las formalidades de acceso en el espacio
Schengen para los ciudadanos externos a la UE (incluso los que no necesitan
visado) se endurecerán y los viajeros deberán registrarse a través de Internet,
según el modelo ya aplicado en Estados Unidos.
La Comisión vigilará la aplicación de las
medidas de reintroducción de controles, para evitar abusos. La nueva gobernanza
entrará en vigor el 1 de enero de 2014.
La eurodiputada rumana Renate Weber [ALDE,
liberales], que ha dirigido las negociaciones en nombre del Parlamento Europeo
en el ámbito del Código de fronteras Schengen, confía en que el acuerdo pueda
fijar unas normas comunes para la reintroducción de controles y sólo en
circunstancias excepcionales.
Al
final ¿quién decidirá qué constituye una situación excepcional?
Los Gobiernos, al menos al principio. Y aquí el riesgo reside en que la decisión no
siempre se base en aspectos técnicos, sino también políticos. Las amenazas se
pueden "exagerar" por motivos electorales, como sucedió con el caso
de la "invasión rumana ", en Reino Unido (que sin embargo no se
encuentra en el espacio Schengen) o el "asalto de Cuervos" en el que
basaban su campaña los oponentes a la entrada de Suiza en el espacio Schengen.
Esta primavera, la Asociación de Ciudades
Alemanas se quejó ante el Gobierno federal de que los inmigrantes, en especial
los procedentes de Rumanía, ejercían una gran presión sobre los sistemas de
protección social y obligaban a los Ayuntamientos a gastar demasiado. ¿Se puede
considerar esto como una situación excepcional?
El caso
de Rumania y Bulgaria se maneja con afirmaciones
exageradas y demasiados cálculos
políticos
En cualquier caso, según el comisario de
Energía Günther Oettinger, Rumanía, junto a Bulgaria e Italia, es un país
"casi ingobernable", una afirmación evidentemente exagerada (pues en
todo caso podemos decir país mal gobernado), pero que el Gobierno de
Berlín no se ha molestado en desmentir. Según esta lógica esta claro que , un
país "casi ingobernable" genera inestabilidad regional, lo que
conlleva un flujo de inmigrantes...
Deriva en un discurso maniqueo que atrae cierto publico y gana votantes.
Todo esto no es sino una especulación, pero
este ejercicio de imaginación demuestra que el reciente compromiso sobre el
nuevo modo de funcionamiento del espacio Schengen puede ser un paso hacia
delante, o hacia atrás, según la buena fe de los Gobiernos de los Estados
miembros.
Pero también depende de los cálculos políticos
en las capitales de los países miembros del Acuerdo y en menor medida, o
incluso en absoluto, de la Comisión o del Parlamento Europeo...
¿Por
qué se ensaña la UE con Rumanía?
El problema de Schengen ya lo trataron de esta
forma el primer ministro italiano Silvio Berlusconi y el presidente francés
Nicolas Sarkozy. La táctica de distracción empleada por los viejos países
europeos para desviar la atención de la opinión pública de los asuntos
delicados en el ámbito interno forma parte de un arsenal que hace que la UE sea
cada vez menos creíble, sobre todo porque cada vez demuestra tener menos
aptitudes para resolver sus problemas.
Últimamente, la actitud de Reino Unido, que se
niega abiertamente a respetar los acuerdos europeos sobre el acceso de los
búlgaros y los rumanos al mercado laboral, a partir del 1 de enero de 2014,
también confirma una realidad cada vez menos alentadora en el seno de la Unión.
Empleando este mismo tipo de mensaje incendiario, el primer ministro David
Cameron presenta la idea de una invasión de trabajadores procedentes de estos
dos países que afectará a los empleos de los británicos, y juega a su vez la
baza del extranjero para volver a lustrar su imagen en el interior.
Parece
que nadie le importa, empezando por sus propios dirigentes.
Todo esto no habría sido posible si, en
Bucarest, el Gobierno se hubiera comportado de forma correcta y constante en
materia de política interior y con respecto al pueblo. Ninguno de los ministros
rumanos de Exteriores o de Interior ha pagado ni pagará por los fracasos de los
Gobiernos, y mucho menos por el tratamiento insultante infligido por los países
de la UE a los ciudadanos europeos originarios de Rumanía.
Según el ministro rumano de Exteriores,
"Rumanía asegura la seguridad de las fronteras exteriores de la UE desde
su adhesión en enero de 2007. […] Los informes de las misiones de evaluación de
los desarrollos técnicos han demostrado que se han aplicado todas las
disposiciones de Schengen de forma uniforme y correcta”. Por lo tanto, es
natural preguntarse por qué la Unión Europea se ensaña con Rumanía. ¿Durante
cuánto tiempo más se seguirá utilizando el procedimiento técnico como medio de
chantaje político y económico?
Discriminación
en las contrataciones, amenazas de los restablecer Visas de viaje ....etc. Más de
seis años después de su adhesión a la Unión Europea, se trata a los Ciudadanos
búlgaros rumanos como ciudadanos de segunda clase.
Hartos del chantaje europeo
La reacción del ministro de Exteriores Titus Corlanzade
Corlatean, aprobada por el primer ministro Victor Ponta y rechazada por le
presidente Traian Basescu [según la cual, Bucarest “dejará de estar interesado”
en caso de un nuevo veto], expresa claramente una realidad social, al menos tan
real como la expresada por el ministro Hans-Peter Friedrich: los rumanos que
comprenden lo que está en juego y están hartos de la política europea de
chantaje.
En febrero, alarmada por la posición de
Turquía, parte destacada en la cruzada de Oriente y de Europa y miembro de la
OTAN, la canciller Angela Merkel se dirigió a Ankara para atemperar las
declaraciones del primer ministro turco, dispuesto a reorientarse hacia Asia y
China porque las negociaciones con la UE se han congelado por un periodo
indeterminado.
Por consiguiente, es posible que los responsables
políticos y los países miembros de la UE empiecen a reaccionar no sólo por las
presiones que van del Oeste hacia el Este, sino también en el sentido inverso.
Porque, mientras Reino Unido y Francia [aunque sólo es el caso de la dirigente
de extrema derecha Marine Le Pen] plantean la posibilidad de celebrar
referéndums para salir de la Unión, ¿por qué Rumanía no deja de aceptar
incondicionalmente ser un mero mercado de salida para todos lo productos de los
grandes países chantajistas de la UE?
Visto
desde Alemania. La prensa alemana se muestra crítica hacia los prejuicios sobre
los rumanos, los búlgaros y, en particular, los gitanos de estos dos países.
Cuidado con los prejuicios
Tras las propuestas del ministro del Interior
Hans-Peter Friedrich sobre los inmigrantes europeos, la prensa alemana se
muestra crítica hacia los prejuicios sobre los rumanos, los búlgaros y, en
particular, los gitanos de estos dos países.
En una lista de “6 verdades sobre los gitanos
en Alemania", el tabloide Bild explica que aún cuando “numerosos
inmigrantes son pobres y algunos ayuntamientos altamente endeudados deben a
veces gastar millones de euros para ayudarles...", "no se registra
una inmigración masiva” de gitanos en Alemania.
El diario Bild precisa que el “80% de los
inmigrantes procedentes de Bulgaria y de Rumanía han encontrado un trabajo
regular” y que no existe ninguna estadística sobre la proporción de gitanos
entre los delincuentes búlgaros o rumanos.
El Tageszeitung, por su parte, señala que: Rumanos
y búlgaros con formación vienen aquí para trabajar. [...] Pero es un hecho que
no todos encuentran trabajo. Decir que los gitanos lo hacen expresamente [...]
es una insinuación malintencionada que no se debe al azar[...]Es una
sensibilidad típicamente alemana la de sentir que su bienestar está
continuamente bajo amenaza [...] A veces, es por los griegos, a veces por los
solicitantes de asilo, pero nadie les conviene tanto para ello como los
gitanos. Ningún otro grupo suscita tantas asociaciones negativas en la Unión -y se hace todo lo posible para que así permanezca.
“Queridos británicos, mejor vengan a nuestro país”
La
"avalancha" procedente de Bulgaria y Rumanía anunciada por el líder del Partido considerado de extrema derecha,
"Independencia del Reino Unido Nigel Farage, después de que se abra
en 2014 el mercado laboral británico a sus residentes ha suscitado diversas
reacciones entre Búlgaros y rumanos.
Las declaraciones de Nigel Faragey con la
intención del Gobierno británico para lanzar una campaña para disuadir a los
rumanos y a los búlgaros de ir al Reino Unido, cuando a partir del 1 de enero
de 2014 una vez que las restricciones a su contratación sean levantadas, han
provocado numerosas reacciones en las redes de los países aludidos.
En Bulgaria, el colectivo “Not O.K. for the
UK” ha lanzado una página en Facebook en la que responde a los clichés de los
británicos sobre los búlgaros.
Una joven que ha estudiado en Edimburgo ha
escrito una carta para responder al líder independentista y euroescéptico
británico. En donde desmonta uno por una las afirmaciones
del político inglesEn Bucarest, el diario Gandul ha retomado el
eslogan de la campaña de la oficina de turismo británica — ”Why don’t you come
over?”(“¿Por qué no viene a visitarnos?") — aplicándola a Rumanía.