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En un panel que evitaba la
confrontación de ideas, donde los que destacaban eran los periodistas antes que
los entrevistados, las dos coaliciones institucionales trataron de entregar sus
propuestas programáticas, lo que realizaron en forma superficial, sin notarse
mayores diferencias. En la llamada "Nueva Mayoría" todo el evento
cuidó que la ex-Presidenta pasara la prueba sin apremios. Todos de guante
blanco, con tres candidatos, Velasco, Gómez y Orrego que se notaron pauteados
con una camisa de fuerza. El que apuntó a la izquierda fue el radical José
Antonio Gómez ofreciendo la vuelta al sistema de reparto. Andrés Velasco lo
hizo hacia el segmento liberal, en tanto que Claudio Orrego buscaba marcar
principios humanista cristianos en materia de matrimonio, aborto y AVP, Acuerdo
de Vida en Pareja.
En el turno de la Alianza, Pablo
Longueira y Andrés Allamand evitaron discutir y marcaron coincidencias antes
que diferencias. Eso puso muy fome el evento y por eso mucha gente lo dejó, con
lo que el rating fue menor que el que logró la Concertación. Es que ese panel
era más esperado, por la concurrencia de Michelle Bachelet, quien hasta ahí
sólo había hablado a través de voceros.Al día siguiente de cada debate,
Hora 20 de la Red entrevistó a cada uno de los alternativos, para recabar su
opinión. Realmente esos programas fueron más entretenidos y más abiertos a las
redes, cuestión que no ocurrió en los paneles de Canal 13 y CNN Chile.Queda la sensación, considerando el
clima encendido de los movimientos sociales y las presentaciones de todos los
candidatos, que será difícil que alguno de los alternativos pueda pasar a
segunda vuelta como el segundo mejor votado.Sin embargo, hay muchas
coincidencias programáticas que es preciso evaluar, ya que sintonizan en gran
medida con los movimientos sociales y con el desencanto con la vieja política y
sus malas prácticas. se suma a esto el destape de nuevos escándalos de
corrupción o defraudación al Estado, Exonerados Falsos y cohecho a
parlamentarios en dictado de la Ley de Pesca.Todos los candidatos alternativos
ofrecen cambios profundos a la institucionalidad. Allamand también ha estado de
acuerdo con cambios a la Constitución, pero graduales, para no desestabilizar
el país. El agotamiento de la Constitución heredada de 1980 y maquillada por
Ricardo Lagos Escobar, es cada día más notorio. Tanto así que con un
oportunismo descarado se ha oído a Bachelet ofreciendo modificarla, incluso vía
Asamblea Constituyente, claro, "en la medida de lo posible".La pregunta que planteamos es si
existiría esa grandeza política, sentido patriótico y de renunciación como para
construir a partir de las candidaturas de Marco Enríquez -Ominami, Franco
Parisi, Alfredo Sfeir; Tomás Jocelyn Holt; Marcel Claude, una plataforma que
encarara unitariamente la tercera posición y que todos se la jugaran por
uno de ellos para Noviembre, generando de partida un acuerdo de lista para
parlamentarios y Consejeros Regionales en todo el territorio nacional. El poder siempre pragmático apunta a
dividir para reinar, propicia una visión farandulera de las elecciones para que
todo siga igual. ¿Se animarían los presidenciables alternativos a
compartir fuerzas en una alianza que encarne las expectativas de cambio, con
gobernabilidad, recuperando legitimidad para la política nacional?Como ejercicio, a continuación
desplegamos una matriz de coincidencias relevantes que harían viable esa
negociación. Sumar, sumar y no dividir. Creo que gran parte del electorado
potencial espera en su fuero íntimo un gran gesto como el que estoy
proponiendo, desde la ciudadanía que aspira a una democracia profunda.
Periodismo Independiente, 16 de junio de 2013 @hnarbona en Twitter.
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