No se puede estar en misa y repicando, eso es algo que todo el mundo con sentido común entiende y no debería hacer falta ningún tipo de explicación. Sin embargo, la élite económica de este país quiere ambas cosas a la vez, de ahí que quieran aligerar el proceso de concentración de la riqueza ante eventuales cambios en el sistema político español que inviertan la tendencia actual. La intensidad del proceso de concentración de riqueza en pocas manos ha sufrido un incremento desde hace año y medio ante la pasividad dulzona de la ciudadanía, anestesiada ante tamaña injusticia que está viviendo. Entre el miedo y la natural confianza de los seres humanos, los buitres de las élites económicas implantan su agenda, nada oculta ya, de destrucción de los derechos sociales y económicos y de eliminación de todo lo que, hasta ahora, había convertido el capitalismo en un sistema social aceptable. Dentro de un par de años, el capitalismo será irrespirable en España y eso lo hará más peligroso aun, pues deberá utilizar la fuerza bruta para defenderse de una población empobrecida y, quizás, enfurecida.