La aparición de una pareja homosexual en la franja electoral de 2009 se entendió, en su época, como un golpe de timón de Sebastián Piñera y como un triunfo del alma liberal por sobre la conservadora en la Alianza por Chile. Eso dio esperanzas a un gran grupo de jóvenes y no tan jóvenes que, si bien estaban aburridos de la Concertación, no se identificaban con el discurso decimonónico de gran parte de la Alianza en temas valóricos.