En mi artículo anterior, señalé porqué la sugerencia de Barack Obama para sustentar la Paz en Oriente Medio era una contribución con “muletas”. La conveniente imprecisión jurídica y el intencional silencio palestino de las causa que originaron esas líneas demarcatorias hoy tan controvertidas, sumado a la completa falta de lealtad de sus dirigentes en cumplir los compromisos empeñados y una “impecable trayectoria terrorista” desde sus orígenes, -aunque hoy se ha moderado Al Fatah-, y la constante y declarada pretensión del actual “nuevo amigo” de Abbas, el grupo terrorista Hamas, cuyo declarado objetivo de desconocer al Estado de Israel en consonancia con sus mentores iraníes, hacen no sólo inviable, si no que inaceptable y con justificación en los hechos y en el Derecho tal pretensión por Israel.