Cada vez que establecemos un diálogo
dirigimos nuestra intencionalidad ante una expectativa de intercambio de
ideas o estados de ánimo con el oyente que toma parte en dicho
coloquio.
La función que realizamos no es pasiva, ya que se activan
los esquemas mentales, deseos, o proyectos planificados y vigentes,
necesarios para actuar siendo partícipes del ámbito cultural al que
estamos adscritos. Lo cual, sin este entramado social donde se procesa
la actividad comunicativa, la biografía de nuestra historia tomaría
otros rumbos preponderantes difíciles de estimar.
En definitiva,
somos conversadores que se entrevistan con la realidad constantemente en
su afán de pertenencia a la comunidad o cultura del momento con la que
poder expresarse.
Al querer asentar el Branding de empresa, ésta,
tiene en su haber muchos activos, pero los modos de comunicación
adquieren gran relevancia al potenciar el desarrollo con las personas,
siendo éstas, uno de los activos o estimaciones fundamentales para
generar una rentabilidad provechosa en la corporación.
Enfocar la
atención en las personas ampliando los canales de comunicación
corporativa, es otorgar valor a la misma. Es conceder importancia a las
emociones que permiten gestar vínculos de lealtad real entre usuario y
empresa. Es conectar su experiencia con el componente emocional
considerando el seguimiento del público, usuario, empleado o fans
teniendo claro a quien se dirige.
Por tanto, se ha de poner especial
cuidado en la comunicación en su sentido más amplio, si pretendemos
transformar una empresa en marca que garantice la apertura de
perspectiva en el sector.