Hace dos años, Miguel Torija nos sorprendió con su libro: “Catálogo de excusas para seguir vivo”. Una compilación de relatos que nos hablaba de la vida en toda su dimensión negativa y positiva. Hoy nos presenta: “Cuando la vida se pone perra”, un libro de parecidas características, en cuanto a su estructura de relatos cortos y microrrelatos, y la intencionalidad de dejarnos con una sensación de incomodidad de la que es imposible escapar. Miguel Torija vuelve a zarandear nuestras conciencias, pero esta vez, y aquí es donde reside la abultada diferencia con su libro anterior, de una manera despiadada, sin misericordia para el lector, que va a sentir, relato tras relato, como se agita en el asiento su instinto de supervivencia, al ver que la realidad que lo rodea se ha colado entre las líneas de cada narración y ya no hay escapatoria posible; realidad y ficción se funden en un solo acto, del que podemos ser en cualquier momento protagonistas, personajes que sin pretenderlo escribiremos, al otro lado de la frontera literaria, un destino incierto y controlado por otros. Y es que estos dos últimos años no han pasado en balde, y lo que en 2011 creíamos era una crisis con fecha de caducidad, hoy, en 2013, se ha convertido en una incertidumbre estructural, de la que nadie está a salvo, ni siquiera “Cuando la vida se pone perra”, un libro que no se ha podido librar del zarpazo que la crisis ha lanzado sobre nuestras precarias vidas.