Estoy viviendo o más bien o más mal una de esas crísis de lo que creo es un reumatismo, porque tampoco me ha sido diagnosticado y es que he renunciado a la esperanza de ser atendido dignamente en un hospital, no tengo previsión y es que sólo soy un poeta de esos que se quedaron como rezago de un pasado en donde eran respetados los escritores o pensadores en general, hoy en día se nos trata de dejar ocultos y que nadie sepa de nosotros, no vaya a ser cosa que les hagamos pensar y se despierten, se den cuenta de que son unos simples esclavos o peor que ellos, sólo que los azotes son otros, como estos dolores permanentes que no son atendidos y simplemente debo soportar o en otros casos un sueldo más bajo o que simplemente se estanca, en mi caso, por esto de querer o pretender ser un escritor, condenado por todos, sin oportunidades, creanme... este dolor es verdadero y permanente, bueno, como es la vida toda de estos seres que cada vez más se pretende abandonar. El dolor de pronto tiene algunas intermitancias, producto de que en la desesperación del mismo muevo la articulación de mi cadera izquierda y se hace mayor, entonces luego de ese dolor mayor sigue sólo el permanente, lo que significa una especie de alivio y cuando se producen, esos los de mayor intensidad, trato de gritar, aullar hacia dentro de mi, para que no se despierten mis hijos y no vayan a preocuparse, que más puedo hacer que aceptar esta especie de condena, debe haber alguien sufriendo más que yo o al menos deben ser muchos los que sufren como yo lo estoy haciendo, al menos me consuela, por lo que sé, que sólo serán unos quince o treinta días y luego desaparecerá, permaneciendo sólo una intermitencia de pequeños dolores que acompañan constantemente mudándose de un lugar a otro del cuerpo pero que se hacen soportables. Me decidí a escribir esto para dejar un testimonio pero verdaderamente para distraerme un poco mientras el dolor se multiplica por mi cuerpo, pero logro atenuarle en esta acción, sólo que en algun momento debo dejar de hacerlo, para que regrese, como si con más fuerza, pero en fin, es la vida de una u otra manera sufrida pero querida.