.herdereditorial.com/novedades/5346/no-podeis-servir-a-dos-amos/" target="blank">mi último libro es que la crisis en la que nos
encontramos no es una más de las crisis que ha sufrido el modelo de mundo, y en
este término resumo tanto lo económico como lo social, político e histórico,
sino que estamos ante la crisis delmundo, del modelo de
mundo, del sistema-mundo, que llamaría Wallerstein. Creo que está bien
explicado en el libro y fundamentado, aunque serán los lectores con sus
críticas quienes lo juzgarán, pero aún así hay que insistir en ello, porque el
modelo vigente se resiste a desaparecer y se mantiene corriendo en el aire,
como el Coyete tras el Correcaminos cuando en la persecución corre encima del
abismo. El modelo no quiere mirar hacia abajo y ver que, efectivamente,
estamos en el abismo como modelo de mundo. Ahora, solo queda dejarnos caer
como tal y avanzar hacia otro modelo que nos permita sobrevivir como especie y
ser realmente humanos, no meros reproductores de un orden social nocivo y
suicida.
Pero
el problema empieza en la misma configuración terminológica del problema. Los
medios de comunicación, en general y como buenas correas de transmisión de la
ideología de los grupos de poder y las élites sociales, machacan cada día la
idea, de vieja raigambre neoliberal, de que no hay alternativas. Muerta la que
hizo famosas las siglas, TINA (There is no alternatives), no parece que
su legado acabe de morir y los mantras publicitarios insisten: este es el
modelo social único, hay que seguir produciendo y consumiendo, hay que seguir
generando beneficios, hay que aumentar la tasa de ganancia, hay que... mantener
el capitalismo, palabra maldita otra vez que ha vuelto a ser protegida tras
sacarla a pasear un par de años, aquellos en que iniciara la crisis. Pero
ahora, tras la derrota de los modelos críticos y alternativos (sí,
no me equivoco, las alternativas han sido derrotadas por la miseria que ha
traído la crisis), el nombre que define el modelo, capitalismo,
vuelve a ser protegido en el Olimpo de las sagradas ideas sociales. De esta
manera se cierra perfectamente el discurso y solo podemos dedicarnos a ver cómo
arreglar este mundo que se nos cae, sin ser capaces de atisbar otro mundo
distinto que ya no sea el capitalismo. El capitalismo ha muerto, pero cual
zombi, sigue devorando víctimas sin más objetivo ni sentido que seguir
persistiendo, no ya existiendo.
Solo
los que han leído a Marx, solo los que se han tomado en serio a Marx, gentes
tan poco sospechosos como George Soros o Warren Buffet, por ejemplo, magnates
ambos de las finanzas, saben que estamos ante la muerte del capitalismo. Por
ese motivo están tomando todas las medidas posibles para que esa muerte se
alargue tanto como sus propias vidas, les da pánica pensar en lo que vendrá
después, pues sea lo que sea, supondrá la pérdida de sus fortunas y una
situación, para ellos seguro, mucho peor. La rabia y el odio con los que
reaccionan aquí en España contra las víctimas del moribundo capitalismo:
desahuciados, parados, inmigrantes, disidentes, etc, nos da un índice muy fiel
de lo poco que falta para que se hunda. Cuanto más gritan, cuanta más violencia
utilizan, más cerca está la muerte del modelo. Porque el modelo
capitalista tiene su base en el aumento constante de la tasa de ganancia, de
ahí la necesidad de la productividad, y en la conversión de todo valor
social y natural en valor económico apropiable por las élites. La tasa de
ganancia lleva cayendo en picado desde finales de los años sesenta, ese, y no
otro, es el motivo de la crisis del capitalismo: la muerte de su esencia. El
planeta tiene límites y el capitalismo ya los ha sobrepasado.
Ahora
bien, no seamos ilusos, como lo fueron tantos críticos de corte hegeliano,
pensando que la muerte del capitalismo era suficiente para avanzar hacia una
sociedad justa y humana. No, la muerte del capitalismo nos puede llevar
también hacia una barbarie total en la que acabemos deshumanizados. Tenemos
que ir construyendo, desde ahora, desde dentro del capitalismo, aquella
realidad que queremos vivir cuanto antes. Como dijera Kuhn de los paradigmas,
desde dentro del paradigma en extinción empieza a surgir, desde sus propias
anomalías, el nuevo paradigma. Seamos esas anomalías del paradigma
capitalista y creemos las condiciones para otro mundo que ya se antoja
imprescindible.
*Para
los profesores y alumnos del Bachillerato de Investigación del Instituto
Francisco Ros Giner de Lorca, con quienes pasé un rato muy agradable hablando
de estos temas.
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