A la primera mujer Presidente de Chile
la designó a dedo como candidata el Presidente Ricardo Lagos, ahorrándole justo
a tiempo el debate con Soledad Alvear.
Se explotó al máximo su condición de
mujer y se tildó de machista a quien la emplazaba con dureza. Memorable
fue la discusión con el historiador Alfredo Jocelyn-Holt, quien acusó a la
abanderada de inconsistente y de ser un "producto de marketing"
levantado por las encuestas. Cuando Jocelyn Holt le preguntó si era ella una
carta tapada de los militares, la reacción de los asesores fue rabiosa.
Bachelet lo llamó opinólogo y lo trató de payaso de circo.
Así, en todos los paneles de campaña se
cuidó siempre celosamente que las preguntas estuvieran pauteadas para evitarle
a la candidata “el desgaste” de la confrontación de ideas. Los adjetivos
acuñados como slogans fueron “gobierno ciudadano” “cercanía a la gente”,
“gobierno amable” “todos y todas”.
El primer encontrón real de Bachelet
como Presidente fue con los secundarios de la revolución pingúina, a los que
mandó a la vía muerta, creando una enorme comisión donde todo fue
quedando en nada. En su mandato realizó el lanzamiento del Trasantiago, pese a
estar el mismo sin terminar, provocando un fracaso de enorme repercusión
social. Fue incapaz de soltar amarras del sector laguista que la había
colocado en el poder, primando las lealtades políticas por sobre el deber de
estadista. Al primer año su popularidad estuvo totalmente a la baja.
En su gobierno, la austeridad en las
cuentas públicas estuvo a cargo de Andrés Velasco, quien reemplazó al
gran amigo de guitarreos de Michelle, Nicolás Eyzaguirre, quien cometió
la imprudencia de llamarla cariñosamente la gordi. Creció en su período el
descontento popular contra las cúpulas, las corruptelas, el tráfico de
influencias de las grandes corporaciones. Al cierre de su período los díscolos
y descolgados marcaban el principio del fin, pero ella mantenía su popularidad
en las encuestas y sus cercanos la encapsularon para mantener ese supuesto
capital político.
Tal como a Ricardo Lagos lo despidieron
de pie los empresarios más conspicuos y poderosos del país. A Michelle Bachelet
le organizó una cena de homenaje en Washington la firma Barrick Gold y el
mismísimo Rockefeller. Tal como Ricardo Lagos, luego de su retiro, tuvo un
cargo internacional en materia ambiental, a Michelle Bachelet le correspondió
dirigir una Agencia denominada ONU Mujer, organización de sesgo feminista a la
cual Zapatero, último presidente del PSOE, donó 200 millones de euros, pese a
la crisis que se venía sobre España, logrando que su Ministra de la Igualdad
(sic) también tuviera un espacio donde aterrizar después de perder las
elecciones.
El 27F ha pesado como un gran lastre e
interrogante sobre la popularidad de Michelle Bachelet, pero las encuestas
extrañamente no reflejan todo lo que se la ha criticado desde las redes sociales.
Su responsabilidad política como Jefe de Estado es un tema pendiente de
determinación por parte de la Justicia y sobre esto el gobierno ha tenido el
tino de no victimizarla.
El debate inevitable
Michelle Bachelet regresa del silencio
para competir por una reelección y deberá enfrentar a una ciudadanía
movilizada, tal como lo señalara Giorgio Jackson, Dirigente del Movimiento
Revolución Democrática. También la esperan, prestos para el debate, Andrés
Allamand, Franco Parisi, Marcel Claude y Marco Enríquez, entre otros. Su
silencio habrá terminado y deberá explicar su estrategia de comisiones
inconducentes; deberá recoger demandas insatisfechas, principalmente de
carácter político, que hablan de asamblea constituyente, nuevo trato para el
pueblo mapuche, definiciones en materia energética.
Con esos debates lo más seguro es que
terminará el uso ramplón de las etiquetas de izquierda y derecha, y el eterno
Asesor Osvaldo Andrade o el vocero Francisco Vidal, deberán cambiar la forma de
hablar de la “derecha”, como si el gobierno de Bachelet hubiese sido de
izquierda y ultra revolucionario.
Ese juego comunicacional tramposo,
gracias a personas como Iván Fuentes, Camila Vallejo , Giorgio Jackson, Franco
Parisi, Andrés Velasco, Marco Enríquez Ominami, Marcel Claude, se está
agotando. La gente, al igual que el historiador Alfredo Jocelyn Holt tiene una
profunda y fundada desconfianza y exigirá que los candidatos usen un lenguaje
compromisorio, que explique programas de gobierno, y a quienes ya fueron
gobierno le preguntarán donde más duele, por qué no tomaron medidas en su
momento y porqué ahora sí las reclaman, ofrecen o critican, rasgando
vestiduras.
La clase media será un gran actor en
este período de campañas políticas,
pues los sectores medios están alerta, tienen hoy el desplante y los medios
tecnológicos para organizar movimientos y formar opinión, con funas
cibernéticas que son de temer. No habrá político que soporte un Hashtag de
Twitter que lo emplace masivamente. Los 5 millones de personas que se han
sumado al padrón electoral son de un perfil joven que se tutean con las redes
sociales y los anquilosados políticos muñequeros del siglo pasado, que firman
promesas para luego borrarlas con el codo, ahora estarán fritos, porque hay
millones de ojos fiscalizadores auscultándolos, denunciando sus maquinaciones y
malas prácticas.
Hablábamos de la prueba de la blancura
que deberá pasar cada candidato y, ahora que todos se preparan, en sus marcas,
es preciso entender que por más gigantografías que coloqien, por más fotoshop
que apliquen a sus fotografías, la gente crítica, desconfiada, aguda e
implacable, estará como un monstruo genuino detrás de ellos, sin importar su
género. De esto mucho tuvo que aprender el gobierno actual, y el sobre expuesto
Presidente Piñera. Pero, a esta altura del partido, en las redes sociales ha
aparecido con fuerza una masa no clasificable, impredecible, cruel en sus
dichos y profundamente crítica. Por lo tanto, con Bachelet en el ruedo, no
esperen que por ser mujer vaya a tener un trato diferente al que se le da a
cualquier presidenciable. Y en esto, todos son iguales y el juego es
sin llorar.
Periodismo Independiente, 16 de marzo de
2013. @hnarbona en Twitter.
Eduardo Tapia, Construcción Civil
Buen comentario respecto a lo que se viene para Chile. Evidentemente Bachelet es reconocida por su carísma y no por sus obras.Es cosa de recordar sus logros durante su gobierno y lo que realizó en ONU Mujeres, poco o nada. Pero atrás está ese conglomerado llamado Concertación liderado por los próceres de siempre : Escalona, Vidal,Andrade,Cornejo,Quintana, etc. y ellos llevan la batuta. Esperemos que este Chile 2013 abra los ojos a tiempo y reconozca donde están sus contrarios a su progreso y no se equivoquen al momento de sufragar.