El Papa buen amigo

¡Tenemos nuevo Papa! Papa Francisco. Así de simple. Con palabras sencillas, el ahora ex Cardenal Borgoglio, arzobispo de Buenos Aires, saludo a los fieles reunidos en San Pedro. Y nada de Francisco I. Eso vendrá después. Ahora, con toda simpleza lo llamamos como él mismo pidió, recordado al gran santo que es Francisco de Asís. La elección de su nombre es ya una gran catequesis, una lección de la que deberemos sacar partido no solo católicos sino que el mundo entero. San Francisco de Asis es una provocación a quienes se sienten demasiado cómodos en su vida; para quienes no miran a su lado y no reconocen al Cristo pobre y desvalido que camina a su lado. El Papa Francisco nos indica desde ya hacia dónde debemos mirar, cuál es el trabajo y misión de la Iglesia para nuestro tiempo.

 

. Así de simple. Con palabras sencillas, el ahora ex Cardenal Borgoglio, arzobispo de Buenos Aires, saludo a los fieles reunidos en San Pedro. Y nada de Francisco I. Eso vendrá después. Ahora, con toda simpleza lo llamamos como él mismo pidió, recordado al gran santo que es Francisco de Asís. La elección de su nombre es ya una gran catequesis, una lección de la que deberemos sacar partido no solo católicos sino que el mundo entero. San Francisco de Asis es una provocación a quienes se sienten demasiado cómodos en su vida; para quienes no miran a su lado y no reconocen al Cristo pobre y desvalido que camina a su lado. El Papa Francisco nos indica desde ya hacia dónde debemos mirar, cuál es el trabajo y misión de la Iglesia para nuestro tiempo.
Su lema papal así lo indica “Miserando atque eligendo”. “Y mirando al publicano, lo vio con misericordia y lo eligió” de san Mateo. Mirar con misericordia y comprensión al hombre y mujer de hoy. Quiero destacar en él lo que hemos visto ya en las primeras imágenes: su sencillez, cercanía y calidez. Es un hombre que recorría su ciudad, la diócesis y las parroquias con una sencillez extraordinaria. Muchas veces se le vió en el bus o en el metro. Su estatura moral es sobrecogedora.

San Francisco de Asís fue un gran reformador de la Iglesia pero no desde el discurso o denuncia de sus errores, que los tenía, sino desde la humildad y cercanía. Más que hablar mucho, hizo mucho. Acogió, se hizo uno con los más pobres. Provocó desde la renuncia.

El nuevo Papa es una invitación para renovar la fraternidad humana. En estos días, se sintió cuan pequeño es el mundo, cuán dependientes somos unos de otros. Lo que sucedía a más de 12 mil kilómetros de distancia, lo vivimos como si ocurriese a pocos metros. La magia y maravilla de los medios de comunicación. Y lo mismo es una invitación para reconocernos como hijos de un padre común, hermanos en el destino humano. Sin duda es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. El Santo Padre, Papa Francisco, nos recuerda desde su humildad que nos debemos acercar, apoyar, ayudar unos a otros. No nos debemos temer. Construir familia es tarea de todos. Lo mismo vale para quienes comparten la fe católica. Todos somos Iglesia. Y la mejor contribución de ella al mundo es la unidad, ser constructores de paz, dignificar a todo hombre por el simple hecho de serlo.

Vienen “buenos aires” para la Iglesia en este comienzo de milenio. El Papa Francisco tiene grandes desafíos por delante: reforma de la curia, diálogo con las otras religiones, mayor incorporación de los fieles a las labores pastorales de la Iglesia. Un regalo para la Iglesia y la humanidad. Una carta de ruta para todos los hombres de buena voluntad.

P.Hugo Tagle

twitter: @hugotagle

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