Recordamos, y es vital comprenderlo, -porque esa decisión sobre el régimen
cambiario, en adelante funcionaria como
un paredón de fusilamiento de la empresa privada-, que en Enero del 2003, hace 8 años, inmediatamente
posterior al paro petrolero, el Presidente Chávez dijo que el control de cambio
tendría una razón política (Chávez dixit); es decir, desde la fijación del precio del dólar, hasta los mecanismos de
registro y aprobación de solicitudes de divisas, pasarían por los cedazos de la
política.
Ello se correspondería con otro aspecto fundamental de una economía; y que
consiste con la posibilidad de anticipar los impactos en las variaciones de
variables de la economía, particularmente las que el gobierno afecta de manera
directa, para ajustarse a los vaivenes del mercado, cuidar el capital y
sostener un proceso continuo de creación de riqueza, pese a las vicisitudes de
corto plazo.
En este caso, proyectar los movimientos de la tasa de cambio nos llevaba de
nuevo a los tiempos de la bola de cristal,y a ejercicios libre de profecías
auto cumplidas o simplesadivinanzas, porque la evolución de los precios y las
restricciones o posición del balance del BCV en el mercado cambiario, así como
desbalances en las finanzas públicas, no conforman definitivamente los
ingredientes para decidir que hacer con el bolívar en relación al dólar.Solo
nos queda como pivote, los ingresos fiscales que el gobierno recibe por
devaluar, pero y hasta ese proceso ahora pareciera más moverse como vivismo
político que bajo la “racionalidad” de un gobierno ávido de bolívares, no
importa si inflacionados y depreciados.
Así, pasaron algunos meses, la astringente oferta de dólaresen el mercado
establecida por los severos controles de cambio, unido al cedazo político que
lo cubría, produjo sin embargo algunas innovaciones financieras que en el corto
plazo dieron lugar a la creación en el mercado de capitales, si bien no de una
tasa de cambio, por lo menos una ranura en el entramado del control de cambio
que permitía adquirir dólares –off shore- sin que se tuviera que burlar el
mecanismo del control cambiario. Además ese mecanismos se montó sobre un
conocido incentivo del gobierno: incrementar el ingreso fiscal a base de
emisión de deuda pública financiada por el propio BCV.
Las peripecias cambiarias y el voluminoso endeudamiento público
Nacióasí el llamado dólar o mercado permuta, que se fundó sobre un canje de
deuda venezolana emitida en bolívares, por deuda emitida en dólares; ese canje
–o swap- era arbitrado en un mercado
fácilmente accesible, pero a precios desde luego mucho mayores que el de
la tasa de cambio oficial en los mecanismos administrativos de CADIV I y BCV.
Los agentes financieros en el mercado, los mismos que desparecieron por la
razzia contra el mercado de capitales llevada a cabo por el gobierno desde
abril 2010, le vendieron al gobierno la premisa que emitiendo títulos o bonos
de deuda publica en dólares y vendidos en el mercado a un descuento/prima el
BCV podría vender los dólares para adquirir los bonos de deuda emitida en
dólares, a un precio mucho mayor que el precio del dólar que llamaremos CADIVI
por comodidad.
El mecanismo permuta estimularía el endeudamiento público –incluida PDVSA-
en pocos años hasta por 21000 millones de dólares durante 5 años, financiado con reservas
internacionales del BCV en una circunstancia macroeconómica de fuertes alzas en
los precios del petróleo. Ese boom de precios del petróleo mantenía un
considerable volumen de reservas en el BCV, a los cuales el propio Presidente
de la Republica le tenía una buena buenas ganas, hasta que decidió entre gallos
y medianoche reformar la Ley del BCV crear a FONDEN y así trasvasar divisas del
BCV a Fonden, y aprovechar para hinchar la economía de circulante monetario
–bolívares- lo que le permitía al mismo tiempo mantener una fuerte presión
inflacionaria necesaria para sostener el crecimiento económico de esos años.
Crecíamos con inflación, curiosamente el mismo récipe que el gobierno trae para
el 2011.
El BCV en esa operación comenzaría a financiar, a monetizar, el déficit
fiscal. El incentivo inicial, permitía
drenar reservas internacionales para acumular deuda pública; es decir,
financiar el crecimiento de la deuda pública, la cual se haría sentir, su
servicio, para cuando la economía entrara en el estancamiento -que en su
ocasión proyectamos- sucedería apenas el mercado petroleros ajustara precios a
la baja, lo cual ocurrió en Septiembre del 2008, hay mucha historia en
Venezuela sobre esos vaivenes, solo que esta vez sería peor, porque el gobierno
trae agenda de acabar con el capitalismo, es decir, con el sector privado
nacional. Para escribirlo más llano y comprensible, el BCV a través de, dólar
permuta financiaría la acumulación de deuda pública.
Razzia financiera, liquidación masiva casas de bolsa: muere el permuta
Pero también había llegado el momento en que el mercado estaría condenado a que el dólar
permuta se empujara en alza, totalmente incontrolable, pero ello se sumaba a
las dificultades industriales y financiera de PDVSA y fiscales del gobierno, a
lo cual se agrega la correspondiente crisis de balanza de pagos por el escaso
flujo de dividas que llega desde PDVSA al BCV, en una economía que venía desde
hace 4 años con ineficiencias y corrupción metida en una vorágine de pervertida
asignación de recursos, lo cual de por si fue un mal ejemplo para un mercado restringido del dólar, con una
ventana, aunque no cambiaría, sus precios mostraban en directo las perversiones
introducidas por el gobierno cuando decretó el control de cambio como “control
político”.
Eldólar permuta le permitió al gobierno a través del control de cambio
–político-descapitalizar al sector privado venezolano, que no teniendo
mecanismos libre de arbitraje de precios, tampoco podía competir con el Estado
que disfrutaba de privilegios cambiarios para financiar el crecimiento del
Estado como productor e importador de alimentos y otros. A través del mercado
permuta, se importaban a precio de un dólar que fluctuaba entre el 50 hasta el
100% mayor que el dólar oficial CADIVI, convirtiéndose por las perversiones
acotadas, en una especie de marcador de precio, pero cuyo origen era un
gobierno endeudándose barato y un
BCV financiando el déficit.
La caída de la actividad económica a finales del 2008 y con el
estancamiento económicoque vendría en 2009 y 2010, terminó de comerse y
descapitalizar al sector privado, el cual a duras penas, hacía todo lo posible
por sobrevivir en medio de una costosa red política de restricciones, leyes
económicas punitivas y penales, acoso institucional, sindical, por parte de INDEPABIS, SENIAT, SUDEBAN, y
otras instituciones públicas.
Un gobierno con angustia fiscal
busca dólares.
El 2010, llegó con el aceleramiento de la revolución, expropiaciones, toma
de bancos, intervención y liquidación, la destrucción del mercado de capitales,
intervención y liquidación de casas de bolsa, corretaje y banca de inversión,
todos ellos operadores en el mercado permuta. Este finalmente fue terminado y
el gobierno vino con su esperado esquema de arbitraje de bonos para comprar el
dólar en situación similar al fenecido dólar permuta, pero esta vez con precios
establecidos por el gobierno y con la cartera de bonos de la banca privada
nacional.
Era obvio que el gobierno sabía de sus grandes dificultades fiscales y de
su costosa irresponsabilidad administrativa, de allí que convirtió la escena en
una batalla política frontal contra el sector privado, leyes, expropiaciones y
violencia política trataron de crear un entorno de miedo para la postración
política de la gente. Las cosas resultaron distintas, el gobierno perdía las
elecciones para la AN, aunque mantenía su mayoría, pero sin obediencia
institucional, el juego se hizo rudo, de todos modos todos vamos dentro del
Titanic, nadie va por fuera.
El gobierno vía BCV establece el SITME, y de inmediatocomienza a “migrar”
por la vía de los hechos clientes de CADIVI al SITME por un dólar más caro
entre 2 y 3 bolívares de diferencia, el BCV financia nuevas deudas, tanto del
gobierno como de PDVSA, pero al economía en profunda contracción y al borde de
una depresión no permite al gobierno juego cambiario alguno, porque la crisis
en balanza de pagos con un bajo nivel de divisas, normal en condiciones de
control de cambio, y su intervención cada vez más intensa en el la economía,
han convertido al Estado en el cliente más importante de CADIVI, y en el mayor
demandante de divisas baratas.
El Estado ya es el primer importador
de alimentos, una red de supermercados e inversiones y expropiaciones de
tierras y capital en la agro y en la agroindustria crean una seria amenaza al
abastecimiento normal de un país, convertido en un importador miserable de
alimentos e insumos, muchos de ellos pueden ser producidos por el sector
privado venezolano competitivamente, pero
la motivación política por el control del poder lo ha llevado a
descapitalizar al sector privado y empobrecerlo, particularmente la agroindustria, un sector muy dinámico. Esa
voracidad por divisas,ha conducido al Estado y al gobierno en un depredador del
dólar vía CADIVI.
La devaluación y unificación del cambio
En esas condiciones, atrapado por su ineficiencia y derroche y atavismo
ideológicos y políticos, el gobierno no le quedó otra que devaluar el mismo
dólar que lademanda para la adquisición de alimentos e insumos agropecuarios.
La devaluación desde luego tendrá un
impacto inflacionario, aunque no tendría que serlo fatalmente; pero lo es en Venezuela, porque el BCV ya es un
financista normal del déficit fiscal y además un agente que
reciclaobligacionesy acreencias del gobierno
y de el mismo; el caso de los pagarés para PDVSA y otras empresas del
Estado que eventualmente ahora financia
el BCV, que ha pasado a ser el comprador de esos papeles de deuda.
Las fronteras entre lo fiscal y lo estrictamente monetario han sido destruidas por cuatro (4) reformas
de la ley del BCV, hasta convertirlo hoy en una especie de banco de tercer piso
para “financiar el desarrollo económico” que emerge de unas finanzas publicas
elevadamente deficitarias. Para ponerlo másdirecto, el BCV imprime dinero y a
través de algunos caminos heterodoxos monetarios y fiscales termina financiando
el déficit fiscal.Así la inflación que hoy padecemos es del tipo política,
monetaria, porque no hay autoridad monetaria que se encargue de poner orden en
la demanda de dinero del gobierno.
Así las cosas el gobierno devalúa
linealmente y unifica la tasa de cambio. Recordemos que el SITME y el mercado
de bonos financiado por el BCV (soberanos y deuda de PDVSA) no son mecanismos
cambiarios y los precios del dólar en esos mercados no son una tasa de cambio.
Tiene razón el gobierno en unificar, pero no extrae de ello un bolívar porque PDVSA ya bien vendiendo en
4.3 los petrodólares al BCV para pagar su gasto y su contribución fiscal
(regalías, impuestos etc.).
Las otras ‘devaluaciones”
El impacto de la devaluación o unificación cambiaria como la llamo el
gobierno, es inflacionario y no podrá impedir que los precios se ajusten de
acuerdo a la devaluación, de hecho ese ajuste se está ejecutando, y como hay
precios regulados, los que no se pueden ajustar por regulaciones, el detallista
buscara compensación en aquellos precios no regulados, el índice de precio
contara esas alzas.
El impacto de la devaluación no se quedara en bienes y servicios
únicamente, de la misma manera impactara el precio del dólar en los otros
mercados que por ahora funcionan; a saber, el dólar vía SITME, un arbitraje
similar al recordado dólar permuta, pero bajo control del gobierno y con un
dólar con precio fijo que a la fecha en siete meses ha mostrado un precio fijo
(5.3 Bs/USD a la fecha); y el arbitraje que emerge por la subasta de bonos
públicos y bonos de empresas del Estado, PDVSA denominados en “bolidolares”.
Como se sabe en ese mercado agentes económicos y personas naturales acuden
para adquirir los bonos, comprando dólares al BCV a través de la banca para
luego vender los bonos off shore en el
mercadointernacional y tener así acceso al dólar liquido contante y sonante. En
ese mercado los precios del dólar han estado moviéndose entre 5.8 y 6.8
bolívares el USD dependiendo de los precios del bono PDVSA 17.La devaluación
impactara estos mercados sin duda alguna; recordemos que el dólar es una
especie de comoditafungible.
El conundrum: cuantos Bs recibe PDVSA por dólar vendido al BCV?
Ese desplazamiento al alza en esos precios del dólar en esos dos mercados
no debe considerarse como devaluación propiamente dicha; sin embargo, el
público lo asumirá como tal en términos de los precios que el paga en el
supermercado y en el centro comercial, en realidad lo que allí ocurre en una
caída en los precios de los bonos de deuda de la Republica y de PDVSA, ello
indica que al recibir dólares vendiendo esos bonos obtendrá menos dólares
porque el precio del bono es menor, reflejando desde luego la devaluación o
unificación del tipo de cambio de 2.6 a 4.3 Bs por USD.
El conundrumdel régimen cambiario, está en el tipo de cambio del dólar petrolero, es decir, al precio que PDVSA le vende al BCV
cada petrodólar, porque para que el fisco obtenga más bolívares por cada dólar
vendido por PDVSA al BCV, aquella tendría que venderle al BCV los petrodólares
a una tasa mayor que el 4.3 Bs/$, y se sabe que las devaluación del bolívar en
un país donde el Estado vende un bien en el mercado internacional, recibe
dólares y paga internamente –el gasto público- en bolívares, por lo que tendrán todos los incentivos para devaluar,
para así reflejar más bolívares nominales, una especie de fantasía o ilusión
monetaria en el ingreso fiscal.
Pero los administradores del gasto público –gobierno- están solo
interesados en el volumen de dinero nominal, másallá del poder de compra que
tenga cada bolívar.La demanda de dinero del fisco es en saldos nominales, los
incentivos para devaluar están servidos. Para muestra, la evidencia, el
gobierno del Presidente Chávez, recibió un dólar a 540 Bs en 1999, doce años en
el poder, lo tiene en n promedio de 6250 Bs el dólar, es decir, devaluaciones
que cuentan más de diez veces!!! ..Inaudito en la historia monearía venezolana
en el último siglo.
No son los dólares escasos, es el control de cambio que inhibe un mercado
fluido
Así, el gobierno ha vendido la idea de una escasez de divisas como la razón
del fuerte racionamiento de estos meses al desaparecer el dólar permuta. La
razón fundamentalentonces no es escasez sino el astringente régimen de control
de cambio que administra los dólares ahora de un Estado convertido en el primer
importador de una vasto grupo de renglones fundamentales en la dieta diaria.
Los “escasos” dólares no son otra cosas que el reflejo de un astringente
control de cambio que convirtió al BCV en receptor de divisas exclusivamente
vendidas por PVDSA, el control de cambio acabo con aquel crecimiento de nuevos
exportadores que se vivió en los 90, ellos hoy son difuntos de la revolución y
del capitalismo acosado por el gobierno.
En una economía normal todos los bienes son escasos, es la naturaleza de la
economía, y ello se administran a través del proceso de formación de precios,
las políticas públicas se organizan para dejar que el sistema económico opere
con naturalidad y espontaneidad, y es el mecanismo de precios el que permite
que ello ocurre. Si los precios se restringen, y el dólar es un bien, el
mecanismo del mercado crea incentivos para que la oferta de esos bienes sea
fluida, y si se cierran las puertas para la salida de divisas, -control de
cambio- estas mismas puertas cerradas evitan que haya flujos hacia adentro; si
no se pueden fluir libremente, pues no habrá flujos.