La fe en vilos. Sobre el próximo Cónclave. Elección del Papa

La próxima elección de Papa ha traído consigo una serie de cuestionamientos y sembrado intrigas donde no las hay. Sí debo decir que la prensa, con algunas excepciones, ha tratado bien el tema, le ha dado buena y razonable cobertura y explicado bien el proceso para elegir el nuevo Papa.Hay que reconocer sí, que se ha dado material para alimentar lucubraciones sobre tensiones al interior del entramado eclesial. Diré que en buena hora, que le hace bien a la Iglesia despercudirse un poco, discutir y mostrar al mundo las distintas sensibilidades que existen en su interior. En buenahora los cardenales muestran sanas divergencias y diferencias de opinión de cómo se deben abordar los desafíos de la Iglesia del siglo XXI. Triste sería un cónclave plano, monocromático, donde los cardenales lo afrontaran como ovejas de cuestionable docilidad. Regala tranquilidad el saber que hay caracteres fuertes, de opiniones solidas, divergencias de opinión, sinceridad y franqueza.Se ha repetido la palabra transparencia en infinidad de ocasiones. Es el nuevo de mito de nuestro tiempo. Si hasta los años 90 era el de la libertad a toda costa, hoy las instituciones se enfrentan a una exigencia social por mayor transparencia y nitidez. Y nos hace bien a todos. En particular a la Iglesia. “Todos somos Iglesia”, todo bautizado es corresponsable en su desarrollo, crecimiento y servicio.Por lo mismo, no hay nada que temer. Cuando escucho a algunas personas – sobre todo de edad – mostrarse temerosos y desconcertados en exceso por la noticia de la renuncia de benedicto XVI me pregunto por la solidez de su fe. Tiemblan en demasía por algo que, si bien es triste, es comprensible y que ya está reportando un gran bien a la Iglesia.Se puede hablar en justicia de una “primavera católica”, de una oportunidad de de reencantar la fe y reanimarla desde dentro. Lo que ha salido en la prensa y lo que se informa desde el Vaticano augura buenos aires para lo que viene.Benedicto XVI se despidió diciendo que “se retira para ser peregrino”. El tramo final de su vida lo realizará desde la oración, estudio y contemplación. La mejor de las lecciones para aquellos que se sienten imprescindibles, que creen que la vida se acaba acá, que solo se vale por la eficiencia y rendimiento. Hay otras formas de servir al mundo: desde la sabiduría, paz, oración.El interés del mundo por la elección del Papa nos habla positivamente de un mundo curioso y sediento de trascendencia. La fe “no sirve para nada” desde la perspectiva cosista del mundo. Y sin embargo, no se puede vivir sin creer.  

 

. Sí debo decir que la prensa, con algunas excepciones, ha tratado bien el tema, le ha dado buena y razonable cobertura y explicado bien el proceso para elegir el nuevo Papa.Hay que reconocer sí, que se ha dado material para alimentar lucubraciones sobre tensiones al interior del entramado eclesial. Diré que en buena hora, que le hace bien a la Iglesia despercudirse un poco, discutir y mostrar al mundo las distintas sensibilidades que existen en su interior. En buenahora los cardenales muestran sanas divergencias y diferencias de opinión de cómo se deben abordar los desafíos de la Iglesia del siglo XXI. Triste sería un cónclave plano, monocromático, donde los cardenales lo afrontaran como ovejas de cuestionable docilidad. Regala tranquilidad el saber que hay caracteres fuertes, de opiniones solidas, divergencias de opinión, sinceridad y franqueza.Se ha repetido la palabra transparencia en infinidad de ocasiones. Es el nuevo de mito de nuestro tiempo. Si hasta los años 90 era el de la libertad a toda costa, hoy las instituciones se enfrentan a una exigencia social por mayor transparencia y nitidez. Y nos hace bien a todos. En particular a la Iglesia. “Todos somos Iglesia”, todo bautizado es corresponsable en su desarrollo, crecimiento y servicio.Por lo mismo, no hay nada que temer. Cuando escucho a algunas personas – sobre todo de edad – mostrarse temerosos y desconcertados en exceso por la noticia de la renuncia de benedicto XVI me pregunto por la solidez de su fe. Tiemblan en demasía por algo que, si bien es triste, es comprensible y que ya está reportando un gran bien a la Iglesia.Se puede hablar en justicia de una “primavera católica”, de una oportunidad de de reencantar la fe y reanimarla desde dentro. Lo que ha salido en la prensa y lo que se informa desde el Vaticano augura buenos aires para lo que viene.Benedicto XVI se despidió diciendo que “se retira para ser peregrino”. El tramo final de su vida lo realizará desde la oración, estudio y contemplación. La mejor de las lecciones para aquellos que se sienten imprescindibles, que creen que la vida se acaba acá, que solo se vale por la eficiencia y rendimiento. Hay otras formas de servir al mundo: desde la sabiduría, paz, oración.El interés del mundo por la elección del Papa nos habla positivamente de un mundo curioso y sediento de trascendencia. La fe “no sirve para nada” desde la perspectiva cosista del mundo. Y sin embargo, no se puede vivir sin creer.  
Hugo Tagle

twitter: @hugotagle

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