Si
bien el tema del pago de compensaciones en el contexto del desarrollo de
inversiones, especialmente en aquellas de gran tamaño y que presentan impactos,
especialmente en el plano ambiental, cultural y social, ha ido emergiendo con
mucho ímpetu, especialmente en los últimos años, en mi opinión, ha de ser un
tema que se aborde con perspectiva de paulatino aprendizaje social y en el
marco de relevar antes la importancia de la participación ciudadana y la
articulación empresa, ciudadanía y estado en una óptica compleja, relevante
para el desarrollo.
En este sentido, es preciso comprender que el
pago de compensaciones constituye sólo un instrumento, interesante y posible,
pero que ha de surgir como unió más, dentro de un abanico de opciones que se
deben explorar y aprender socialmente, en una relación estrecha entre empresa y
ciudadanía, en la cual es necesario avanzar, pues aun constituye un espacio
embrionario y en muchos ámbitos aun inexplorado en las relaciones sociales para
el desarrollo en Chile.
En este plano, lo relevante es abrir la
gestión empresarial a la ciudadanía, y también ésta abrirse a la gestión
empresarial, de manera tal que sobre la base del aprendizaje y conocimiento
mutuo se puedan establecer procesos de negociación estratégicos, que permitan
construir consensos en el desarrollo de inversiones y a la postre recoger las expectativas,
preocupaciones e intereses diversos que surgen en su contexto.
Ello exige aprender que en la realidad, en el
desarrollo de inversiones que buscan de verdad recoger también la óptica
ciudadana, no es posible formular y aplicar soluciones óptimas, por mucho que
técnicamente sean las más adecuadas. Ello es así porque la eficiencia que busca
imprimirse en los proyectos no necesariamente constituye la eficiencia social y
por lo tanto, no será la eficiencia del sistema. Apuntar entonces a explorar lo
socialmente óptimo es un paso previo en la definición de las características
específicas de cada proyecto, necesario más aun no suficiente para generar el
éxito de inversiones y ello ha de estar antes de definir si es preciso,
necesario y suficiente pagar compensaciones.
Este proceso de aprendizaje social en la
articulación entre empresa y ciudadanía, debe ser capaz entonces de reconocer e
internalizar la existencia de intereses diversos y por lo tanto, acepta que es
imposible formular y aplicar soluciones estrictamente óptimas desde el punto de
vista técnico y ello, aun cuando quizás se tenga que asumir ciertas
ineficiencias y distorsiones en los proyectos, tal como en su génesis fueron
concebidos.