Una nueva enfermedad se ha extendido por España con una prevalencia muy alta, tanto que ha superado a las enfermedades más importantes hasta el momento. No se trata del hasta hace poco mortífero cáncer, palabra tabú otrora y que ahora no es más que una enfermedad crónica si se interviene a tiempo. Tampoco se trata de ninguna de las enfermedades raras, esas que afectan a tan pocas personas que la industria farmacéutica no tiene incentivos suficientes como para investigarlas, a esa industria le mueven intereses más altos que poco tienen que ver con las necesidades de las personas. No, no es una enfermedad de las habituales, se trata de una enfermedad mucho más difusa, más extendida, con un altísimo riesgo de contagio y con pocas posibilidades de curación. Una vez que la enfermedad se ha instalado en el sujeto no hay nada que hacer: la metástasis está asegurada y el final ineludible. Esta nueva enfermedad tiene un nombre que da pavor su sola pronunciación: desahucio.