Oda a Hipócrates

Las guerras intestinas del poder poco tienen que ver con la realidad que viven los ciudadanos.

 

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Mientras todos los mortales se debaten entre el bolsillo y la olla, desde los andamios más altos de la dirigencia uruguaya pareciera verse la realidad un poco distorsionada. Durante más de una semana hemos visto y oído cientos de teorías y teoremas sobre la situación legal del Ministro de Salud Pública. Legal o no, el hombre es chileno y ahora la Corte Electoral se ha visto enredada en cómo explicar lo inexplicable. Por ahora le dio un respiro al hombre y le dijo que se defienda –como pueda- para luego ver donde estuvo el error.Mientras tanto, acá, mujeres recurren a las clínicas para solicitar asesoramiento para la interrupción voluntaria del embarazo, mientras suplican el milagro de encontrar ginecólogos aptos y adeptos, asistentes sociales y hasta una pastilla que funcione. Mucho más si se piensa que en el interior profundo la realidad no tiene nada que ver con la Montevideana.Mientras tanto, el Fondo Nacional de Salud sigue su curso, convertido en un Señor sin rostro al que deben recurrir los usuarios que deseen expresar quejas o inquietudes, convirtiendo un simple planteo de escritorio ante un Director de un centro de salud en un verdadero camino burócrata y sin respuesta.Mientras tanto, se abre el corralito mutual y miles de personas pasan de bando en bando buscando más profesionales, menos costes, mejor atención o tal vez un bisturí más ágil y menos costoso. Mientras tanto, nos cuidamos del dengue y matamos mosquitos a mango revoleado, compramos repelente y tiramos todos los neumáticos que andan a la vuelta (incluso de los del auto de papá).Mientras tanto, se viene el cambio de estación, volverán los piojos y la gripe A, estudiaremos la vacuna contra el Papiloma y la bacteria resistente. La vida seguirá su curso y hasta, en una de esas, nos da por enfermarnos. Y tendremos que ir a un Centro de Salud, público o privado, al que podamos. Y allí estará el médico, la enfermera, el portero y hasta el chofer de la ambulancia: los tipos que todos los días viven como nadie la realidad. Los que nos salvan la vida, gracias a Hipócrates, no tienen ni idea de cómo se curan las guerras intestinas.-

@anailenprensa - artículo de libre rerpoducción.

UNETE



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