La mejor manera de abordar un
acontecimiento y poder descifrarlo no es verlo desde una perspectiva meramente
“oficial”. Lo “oficial” pasa a ser tan solo un complemento. Debemos darnos el
trabajo de tomar cierta distancia con respecto a los acontecimientos y, a
partir de ahí, ir configurando una óptica clara que junto a una serie de
elementos nos permitirán ver de una mejor forma los acontecimientos que
buscamos poder descifrar.
Es así como habremos de abordar
la pasada Cumbre CELAC-UE (Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños - Unión Europea) o el encuentro entre América Latina,
el Caribe con Europa, celebrada en Santiago de Chile, los días 26, 27 y 28 de
enero y dividido (el encuentro) en dos partes: la CELAC-UE y la CELAC solamente.
Quizá para el común de las
personas lo “oficial” los ha de dejar más que satisfechos. Para los que
abrazamos ciertos ideales, lo “oficial” nunca nos será suficiente. Sabemos que
existen “reglas de oro” con las que nunca debemos transar.
Históricamente Europa nunca ha
sido una “blanca paloma”. Eso lo sabemos. América Latina y África lo saben de
sobra.
Lo mismo con EEUU; América Latina
y el Caribe saben bien las relaciones históricas que ese país ha cultivado.
Pero aquí nos interesa enfocarnos
más en las intenciones de Europa que de EEUU, y más en los resultados para
América Latina.
Sobre EEUU sabemos lo suficiente;
sobre Europa acostumbramos a no saber lo bastante, y nos limitamos a verla como
una zona culturalmente “desarrollada”, “superior” y con muchos años de
“historia”, acostumbrada muchas veces a esconder su carácter IMPERIALISTA.
No nos engañemos. Si bien Europa
no es EEUU, ella es parte del engranaje Imperial Capitalista capitaneados por
EEUU.
Cumbre
CELAC-UE
Si lo vemos desde una perspectiva
crítica, el encuentro CELAC-UE se ha parecido más al encuentro entre un
paciente y su cirujano que entre un cirujano y un colega de su propia especialidad.
Dicha combinación pareciera
haberle quitado importancia a la propia CELAC, y más todavía cuando la UE hizo
su retirada acordada.
La cobertura de los medios
informativos sobre el encuentro, que más adelante habremos de tratar, puede
graficar la diferencia entre una CELAC acompañada y una CELAC sin compañía (como
un paciente que se hubiera quedado en la camilla del quirófano pero sin la
presencia de su cirujano).
Los pies de Europa dentro de
América Latina, seamos objetivos, nunca podrían dar confianza, y menos dentro
del actual contexto histórico que atraviesa la propia Europa.
América Latina está acostumbrada
a hacer el papel de un paciente obediente frente a cirujanos de la talla de
EEUU y Europa. Si el paciente se porta bien, entonces recibirá las
correspondientes felicitaciones: “lo están haciendo muy bien, lo felicitamos
por ello. Sigan así y alcanzarán a ser como nosotros”. Ese siempre ha sido el
trato entre grandes potencia y las potencias pequeñas. Y en la pasada cumbre
¿por qué habría de ser la excepción?
No hay que caer en engaños. La
relación asimétrica con Europa se sigue manteniendo aunque se venda hoy el
discurso de un cambio de paradigma en relación a una supuesta “simetría” entre
Europa y América Latina y el Caribe, con respecto al trato.
Todos deberíamos saber el rol que
juega Europa en la actualidad, capitaneada por Alemania y la zona que
representa dentro del marco de la influencia económica capitalista, que junto
con EEUU y Japón hace parte de la Comisión Trilateral, órgano creado en 1973 para
fomentar la cooperación entre las tres zonas de mayor influencia capitalista
-capitaneados, por supuesto, por EEUU.
¿Nunca no hemos preguntado el por
qué EEUU, Europa y Japón concentran el monopolio de la Información, el Conocimiento y la Tecnología?
La Cumbre CELAC-UE se da dentro
de un contexto histórico en la cual nos encontramos con una Europa sumergida
dentro de una Crisis Económica que ha obligado a algunos países a perder
progresivamente sus Estados de Bienestar y al mismo tiempo han instalado irremediablemente
el modelo Neoliberal, el cual en Latinoamérica ya estamos habituados a sus
“bondades”.
Sin embargo, la presencia europea
en América Latina ha estado bajo distintas modalidades desde la época de la
Conquista hasta la actualidad con la denominada “globalización”.
Lo importante ha destacar es que
bajo el Sistema de Producción Capitalista, Europa ha venido penetrando con sus
inversiones en América Latina de manera muy considerable, llegando a ser hoy el
primer inversor en América Latina,
con el 43% (2000-2005) de la Inversión Extranjera Directa (IED) en la
región y el 40% (2006-2010), según datos aportados por la CEPAL.
Durante la etapa del “Modelo
Sustitutivo de Importaciones” ó “Industrialización por Sustitución de
Importaciones” (ISI), modelo económico adoptado en Latinoamérica comprendido entre 1930 y la primera
mitad de 1970, las inversiones directas europeas, a inicios de dicha etapa,
tuvieron que chocar con muchas barreras comerciales las cuales habrían de
obligar a focalizar sus inversiones en el sector Manufacturero (alimentos,
bebidas, productos químicos, etc), siendo las mayores economías los mayores
receptores de dicha inversión (Brasil, México y Argentina). Estos últimos
países llegarían a concentrar el 70% del acervo total de IED europea antes de
la “apertura económica” de los años 90. Siendo Reino Unido, Alemania y Francia
los principales inversores.
Con la “apertura económica” o bien
con la entrada acelerada del Modelo Neoliberal en América Latina, en la década
de 1990, Europa va a tener una gran oportunidad para poder revitalizar su
presencia inversora dentro del continente.
Las profundas reformas
estructurales de Liberación de Mercados que Latinoamérica habría de
experimentar en la década de 1990, para así asegurar su “inserción
internacional”, habría de atraer el interés de muchas empresas transnacionales y,
entre ellas, muchas europeas, anclándose en los más variados sectores de la
economía de cada país. Eliminando, a su vez, muchas restricciones al capital
extranjero en los diversos sectores como Servicios (Salud, Banca, Educación,
Agua, Energía, Telecomunicaciones) y Extractivos (hidrocarburos, minería), a través de amplios procesos de
privatización. Ampliándose aún más el apetito de muchas empresas
transnacionales por ir a invertir en
América Latina.
Y es así como en la segunda mitad
de los años 90 Europa se transforma en la mayor fuente emisora de Inversión
Extranjera Directa en América Latina y el Caribe. Reforzando así, aún más, su
posición en los Mercados, los países que ya venían teniendo una significativa
presencia en los mercados latinoamericanos, y permitiendo la incorporación de
nuevos actores tales como España y Portugal, que harían de América Latina su
principal plataforma de expansión internacional.
Con respecto a esto último, el
caso de España es muy particular. Y todos sabemos bien lo que significa España
para América Latina.
España: Del
Imperio Colonial al Imperio Transnacional
Desde la caída del imperio
español, con la oleada independentista de sus colonias en el siglo XIX, la
influencia económica española –podemos aventurarnos en decir que–, era
irrisoria con respecto a los términos actuales.
Según algunos estudios, antes de
la I Guerra Mundial, Gran Bretaña realizaba dos tercios de la inversión
extranjera, controlando, además, más de la mitad del movimiento marítimo de los
puertos de Argentina y Brasil; y los ferrocarriles que conectaban los puertos
con los centros de producción, estuvieron por mucho tiempo bajo el poder de los
británicos.
Y sería entre los primeros años
del siglo XX y la I Guerra Mundial que EEUU habría de lograr sus primeros
avances significativos dentro de América Latina en cuanto a inversión
extranjera. Desplazando a Alemania y a Francia en cuanto a inversión
extranjera, dentro de América Latina.
Sería a partir de la finalización
de la II Guerra Mundial que EEUU se habría de imponer como la principal
potencia inversora dentro de América Latina.
Dentro de la primera mitad del
siglo XX, España apenas ni se veía dentro del marco de inversión extranjera
dentro de América Latina.
La década de 1960 sería el
nacimiento, algo tímido, de España dentro de la escena en cuanto a la Inversión
Extranjera Directa, llegando a sumar la minúscula cifra del 0,1% del total
mundial.
La década de 1990 sería la gran
irrupción de España dentro de América Latina en cuanto a inversiones,
consolidándose América Latina como el principal receptor de IED de origen
español. Concentrando España sus inversiones en el sector Servicios,
principalmente el área de las telecomunicaciones, la energía y la banca.
Si bien hoy España atraviesa por
una gran crisis económica que ha obligado a perder progresivamente su Estado de
Bienestar, las inversiones españolas dentro de América Latina están aún bien
fortalecidas.
América Latina:
Europa viene por más, en detrimento de China
En la actualidad, a pesar de la
crisis económica por la cual atraviesa, Europa sigue manteniendo su lugar como la
mayor fuente emisora de Inversión Extranjera Directa en América Latina. No
obstante, dicha crisis está empujando a Europa a “expandir” aún más sus
economías y aumentar el flujo de capitales entre Europa y América Latina y el
Caribe.
Lo anterior no podría más que
traducirse en una mayor profundización del Modelo Neoliberal. Y para ello
Europa buscará en América Latina y el Caribe un “entorno favorable” para las
empresas europeas y más “seguridad jurídica” para los inversores.
No por nada la Unión Europea ha
señalado del continente que “existe todavía un potencial de expansión
considerable”.
Por tanto, la pasada Cumbre
CELAC-UE tiene un importante significado para América Latina.
No podemos olvidar que la
penetración China dentro del continente ha tenido últimamente un fuerte
crecimiento en detrimento de EEUU y Europa, convirtiéndose (China) en un socio
comercial significativo en la mayoría de los países del continente
latinoamericano.
Hay que recordar, además, que
China ha estado ascendiendo de manera acelerada estas dos últimas décadas,
desplazando a potencias económicas tales como Alemania (2007) y Japón (2011),
que históricamente ocupaban el tercer y segundo puesto, respectivamente, como
potencias económicas mundiales.
La famosa etiqueta “made in usa”
ya fue desplazada en cuanto a volumen por la etiqueta “made in china”.
Hoy China es la segunda potencia
económica mundial, pero ya están estimando, desde varias estructuras de
renombre (como el Banco Mundial), de que China, con el actual ritmo de
crecimiento, podría desplazar a EEUU, como la primera potencia económica mundial, para el año 2025.
A lo anterior habría que agregar
que, hoy los países del BRIC (Brasil, Federación de Rusia, India y China) se
han posicionado como los principales receptores de Inversión Extranjera Directa
(IED), con más del 50% del total mundial, desplazando a la triada conformada
por EEUU, Europa y Japón (las zonas de mayor influencia capitalista),
consolidados en las últimas décadas del siglo XX.
Entonces lo que estamos viendo
son movimientos tectónicos a nivel económico mundial.
Vemos el progresivo decaimiento
del Bloque Capitalista Histórico (EEUU, Europa y Japón) y vemos, por otro lado,
la progresiva consolidación de un nuevo Bloque Capitalista (China, India, Rusia,
etc) conformado por países que históricamente habían permanecido alejados de
las reglas del Bloque Histórico Capitalista.
Qué ha sucedido. Ha sucedido que
los nuevos actores dentro de la escena capitalista mundial, al no ser incluidos
en los propios terrenos de juego de los históricos, se han organizado y han
creado sus propios terrenos de juego y sus reglas a través de sus propias
estructuras, como la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).
Qué han hecho los históricos. Han
permitido a los más grandes hacer parte de sus estructuras para así quizá
buscar quitarle peso a las nuevas estructuras.
Sin embargo el ascenso potencial
de nuevos actores o bloques capitalistas es irremediable.
Por tanto, la pasada cumbre
CELAC-UE debemos traducirla en el interés de Europa por querer reforzar sus
lazos con América Latina y, al mismo tiempo, tener el interés de expandirse,
aún más, económicamente dentro del continente, buscando frenar el imbatible
avance de China en lo económico, por una parte; y, por otra, intentando obligar
a América Latina y el Caribe a retroceder la caída del modelo Neoliberal y, profundizar
y fortalecer el modelo Neoliberal, ya que sus actuales intereses no podrían
concretarse sin una profundización del modelo en particular.
El Modelo Neoliberal
en retroceso
Es sabido que dentro de América
Latina en los últimos años se han venido desarrollando cambios significativos
para poder enfrentar al modelo Neoliberal que a finales del siglo XX tuvo su
punto más álgido.
La irrupción del presidente de
Venezuela, Hugo Chávez Frías, bordeando la finalización del siglo XX dentro de
la escena latinoamericana, representa
un cambio significativo y esperanzador para los pueblos del continente que
habían sido zambullidos en el modelo Neoliberal.
En Venezuela, y su presidente,
los pueblos de Latinoamérica comenzaban a depositar una esperanza.
El presidente Hugo Chávez se
habría de convertir dentro del continente en el mayor representante de la lucha
contra el Neoliberalismo y en un ejemplo real del ejercicio de la Democracia en
el mundo.
La osadía del comandante Hugo
Chávez con el tiempo se habría de ver reflejado en la irrupción de presidentes
latinoamericanos como Evo Morales (Bolivia, 2006) y Rafael Correa (Ecuador,
2007) con discursos y conceptos que antes de la llegada de Hugo Chávez podían
ser muy atrevidos para una zona acostumbrada a la obediencia de las grandes
potencias y a estar dentro de la órbita de influencia de EEUU.
Es así como el modelo Neoliberal,
a comienzos del siglo XXI, comenzó a ver significativos retrocesos y obstáculos
a su desarrollo que iban en contra de las reglas impuestas por EEUU y las
estructuras “internacionales” del bloque capitalista histórico (llámese Banco
Mundial y Fondo Monetario Internacional).
En la actualidad, el modelo
Neoliberal ha retrocedido significativamente en países como Venezuela y
Bolivia, países símbolos de la lucha contra el Neoliberalismo en América
Latina. Y es ese el ejemplo que los grandes intereses no quieren que se expanda
a los pueblos del continente, por lo que habrá de difamarlos y atacarlos
ideológicamente para que sus ejemplos no crucen las fronteras.
No resulta ni debería resultar
extrañable el que países con clara orientación Neoliberal desvíen la atención
de sus ciudadanos para que no se sepa mucho de las bondades de la lucha contra
el Neoliberalismo y que solo se enteren de informaciones negativas y
despectivas sobre esas luchas para que estas no se puedan replicar más allá de
sus límites.
Tampoco habrá de resultar
extrañable el que en algunos países neoliberales sus ciudadanos sepan más de
Europa que de nuestros propios vecinos.
La cobertura
de los Medios a la Cumbre de la CELAC-UE y CELAC
Todo aquello de la
“transparencia” en la información que había de haber con respecto a la Cumbre
CELAC-UE, y que algunos reconocidos expertos locales se atrevieron a vaticinar,
quedó lamentablemente en nada.
De transparencia no hubo nada –digamos
las cosas por su nombre.
La señal oficial junto con los
medios anfitriones del encuentro, solo se limitaron a mostrar lo que para el
vulgo le estaba permitido ver: bienvenidas, presentaciones, firmas, saludos, anécdotas,
sonrisas, poses, fotos, declaraciones, regalos, almuerzos, cenas, etc.
Pero ¿qué hubo en los “retiros
privados” de mandatarios? ¿Qué tipo de acuerdos se firmaron, bilateral o
multilateralmente?
¿Qué hubo más allá de las
distracciones mediáticas, como el caso “Jaime Guzmán” enarbolado por la Derecha
más conservadora chilena, representado por el partido de la UDI (Unión Demócrata Independiente)
que buscaba tocar al presidente de Cuba, Raúl Castro?
¿Que hubo más allá de las
distracciones mediáticas, como la “respuesta” del presidente de Chile,
Sebastián Piñera a Evo Morales, presidente de Bolivia?
¿Qué hubo más allá de las
distracciones mediáticas, como el encuentro paralelo a la cumbre, la llamada “Cumbre
de los Pueblos”, que no pasaba más allá de un acto meramente simbólico?
Todo indica que desde el primer
momento tuvieron el interés de ocultar la “letra chica” y solo presentar la
“letra oficial”.
Incluso se dieron el gusto de no
querer difundir –deliberadamente– traducción de discursos de representantes de Europa o la Unión
Europea.
En la señal oficial se pudo ver,
comenzar ofreciendo traducción, pero en cada una de ellas, en menos de un minuto
de traducción, se daban el lujo de ser irrespetuosos con los televidentes al
quitar dicha traducción; y en el canal abierto de la Televisión Nacional de
Chile (único que prestaba cobertura significativa, conectada a la señal
oficial), teniendo traductores, no se dieron el trabajo de traducir discurso
alguno.
Los discursos de apertura y
cierre, en la CELAC-UE, del presidente de Chile, Sebastián Piñera, y los
discursos de los representantes de la Unión Europea, José Manuel
Durao Barroso y Herman Van Rompuy, presidentes de la Comisión Europea y el
Consejo Europeo respectivamente, fueron los únicos discursos que se dieron a
conocer tanto en la señal oficial como en Televisión Nacional de Chile para la
señal abierta.
Y los
discursos de los mandatarios de la CELAC, dentro de la televisión abierta,
pasaron desapercibidos. Únicamente se podían ver por la señal oficial, pasada solo
por Internet, en la propia página del gobierno.
Desconocemos
la cobertura que se le dio a la cumbre CELAC-UE a nivel internacional, pero es
de suponer que no tuvo mucha repercusión dentro de los EEUU y menos dentro de
Europa –a nivel general–, a no ser que algunos países tuvieran especial “interés” (ej España).
En todo caso,
no creemos que la corona española en sus tiempos “mozos” haya informado mucho a
sus ciudadanos de que una tropa de asesinos, violadores, ladrones o
delincuentes se habrían de dirigir a conquistar “América” (¿“Expansión
Económica?”) en beneficio de la corona.
Conclusión
La pasada cumbre de la CELAC-UE
es el intento de Europa por querer iniciar una nueva ofensiva saqueadora dentro
del continente, en conjunto con sus pares domésticos, y fortalecer el marco
ideológico del Neoliberalismo, que se ha visto mermado en cierta medida y amenazado
por la irrupción de corrientes Anti-Neoliberales que abogan por la recuperación
o mayor control de los recursos naturales y por la recuperación o control de
sectores estratégicos tales como los servicios básicos, tragados por la sed
neoliberalista.
Los pueblos de América Latina
deberían saber que si el continente accede a los propósitos de Europa, lo único
que habrá de lograr será profundizar el Modelo Neoliberal y retroceder los pequeños
y últimos avances en cuanto al ejercicio de la Democracia.
Europa apuesta por mayor desigualdad
dentro de América Latina. Y la forma como lo habrá de vender a través de sus
pares en el continente, será con una serie de elementos de la misma forma como
a los pueblos se les ha acostumbrado a vender aquello de la “lucha contra la
delincuencia”, “acabar con la pobreza”, “acabar con el hambre”, “lucha contra
las drogas”, “lucha contra la corrupción”, etc.
¿Puede un continente manchado con
sangre iraquí, afgana, siria, libia, etc, como el de Europa, venir a hablar a
América Latina de “Desarrollo Sustentable” y “Calidad social y ambiental”?
¿Puede un
continente manchado con sangre, venir a hablar a América Latina de una relación
más “equilibrada”, “eficiente”, “constructiva” y “simétrica” con
“complementariedad” –y esto es lo mejor– y “solidaridad entre las dos
regiones”?
¿Puede un
continente manchado con sangre, venir a hablar a América Latina de “respeto a
la integridad territorial” e “independencia política”?
¿Puede un
continente manchado con sangre, venir a hablar a América Latina de “Derechos
Humanos”?
¿Puede un
continente manchado con sangre, venir a hablar a América Latina de “respeto a
la legislación nacional e internacional”?
¿Puede un
continente beneficiado por el modelo neoliberal, venir a hablar a América
Latina de “evitar el proteccionismo”?
¿Puede un
continente acostumbrado a monopolizar el conocimiento, venir a hablar a América
Latina de “transferencia del conocimiento”?
¿Puede un
continente beneficiado por el modelo neoliberal, venir a hablar a América
Latina de “priorizar el desarrollo social, la salud y la educación”?
¿Puede un
continente beneficiado por el modelo neoliberal, venir a hablar a América
Latina de “trabajar constantemente para erradicar la pobreza, fomentar la
igualdad, en particular la igualdad de género y la inclusión social y para
proteger a los grupos más vulnerables, incluyendo a los pueblos indígenas y sus
comunidades”?
¿Puede un
continente manchado con sangre, venir a hablar a América Latina de “fomentar la
cooperación para la paz y la solución pacífica de controversias”?
¿Puede un
continente beneficiado por el modelo neoliberal, venir a hablar a América
Latina de “proteger y fomentar la seguridad de los trabajadores y la salud”?
¿Puede un
continente beneficiado por el modelo neoliberal, venir a hablar a América
Latina de “lograr un crecimiento económico sostenido, protegiendo al mismo
tiempo el medio ambiente y promoviendo la inclusión y la equidad social”?
¿Puede un
continente beneficiado por el modelo neoliberal, venir a hablar a América
Latina de la necesidad de “promover la armonía con la naturaleza”?