Daniel Loma transporta musicalmente
las palabras eléctricas y eclécticas, poemario muy personal, de Ángel Guache a
lo largo de este disco.
Producido por Huerga & Fierro
Ediciones, en 2011, me ha fascinado este conjunto que muy bien podría ser banda
sonora original de no sé qué otro ecléctico artista, cineasta por ejemplo. He
viajado por la corta sonoridad de estas músicas, salvo la excepción de los concatenados
Umbro XIII y XIV, no apto para adictos a los dioses. Un oscuro resultado el de
esta obra, probablemente de arte poco comprendido, con provocativas líneas,
acompasadas con guitarras y teclados, electrónicas y onomatopeyas perturbadoras
para títulos tan carnales como “Canción del insomne”, “Grito (I)”, “Noche de
enero”, “Canción de lápida” o “Locura”.
Lo que las palabras no nombran
sobre la locura, podría muy bien servir para explicar, que no definir, un
discurso indefinible. Provoca la revelación de la mente escuchar algunas
perlas, como “Sombras de una sombra, vivimos para la muerte”, “…de una bestia
terrible e inocente”, “Una lápida de aire me sepulta”, “Escupo silencio en los
rincones obscuros del manicomio”, “El tiempo queda atrapado en mis mil telarañas”
o “La soledad de dios trina desde un árbol”. Guache grita para que le
escuchemos, “introintrovirtiéndose”, como dice en Grito (I).
Parte de estos poemarios
musicalizados son indescriptibles o, al menos, no resumibles en pocas palabras.
Son los mejores, creo, pues parecen montañas de calificativos mezclados con el
resto del orbe sintáctico, creativos de una estética lingüística muy especial y
a tener en cuenta por aquellos a los que les atrae un tipo de literatura algo
olvidada a propósito, salvo excepciones destacadas (por ejemplo, González
Montero), atrevida, brutal la mayor parte de las veces, pero también segura de
sí misma.
La verdad es que estos experimentos
son enormemente atrayentes para quienes disfrutan del arte. Recomiendo ver
también su Facebook Guache & Loma, donde hay una descripción detallada de
Ángel Guache, poeta postmoderno, si es que esto sigue significando algo hoy en
día, del significado personal de estos poemas nacidos de la (¿su?) oscuridad.