Padres ausentes

Según una estadística aparecida en un diario capitalino, casi el 70% de los niños nacidos en Chile en 2012 lo hicieron fuera del matrimonio. Y aunque fuese solo el 40% ya sería mucho. O sea, fruto de padres que no se han casado, no han sellado un compromiso matrimonial civil y menos religioso. Chile tiene el triste récord de ser uno de los países con más alto índice de niños nacidos fuera del matrimonio. Y lo peor es que no se vislumbran políticas sociales que busquen revertir esta peligrosa tendencia.Este porcentaje nos habla de niños que crecerán bajo el cuidado y alero solo de sus madres, alguna abuela o tía. El padre podrá estar relativamente cerca, pero la experiencia muestra que tiende paulatinamente a espaciar su responsabilidad hasta finalmente quizá desaparecer. Hay excepciones. Padres que, a pesar de no existir un vínculo formal, asumen si calidad de tales y velan por el crecimiento físico y afectivo de sus hijos. Asumen su responsabilidad, haciéndose parte activa en la manutención y cuidado de su prole. Pero la mayoría brilla por su ausencia, se desentienden de su responsabilidad con correr del tiempo, alegan falta de medios, tiempo, otras responsabilidades u otros hijos. Como sea, son las madres las que finalmente deben salir adelante con sus hijos. Aprovecho aquí a felicitar a aquellas que sacan adelante a sus hijos a pesar del padre ausente o de su débil responsabilidad. Muchas lo tienen muy difícil: deben lidiar con el reproche social, indiferencia y, sobre todo, pocos medios económicos.El tema de la natalidad fuera del matrimonio no es baladí. Es de importancia nacional. Un apoyo decidido a la estabilidad familiar repercute en una sociedad más fuerte, sana, de mejor crecimiento en todo orden de cosas. La natalidad así como la vemos, es fuente de pobreza, bajos índices educacionales, inestabilidad afectiva. A todos nos conviene tener un crecimiento basado en la familia, donde los hijos puedan crecer con referentes paterno y materno en igualdad de condiciones. Por lo mismo, hay que incentivar y apoyar el vínculo matrimonial. No da lo mismo si la gente está casada o no. Todos perdemos si no existe un vínculo solido entre quienes han gestado una nueva vida. Por ello, nos conviene su incentivo y fortalecimiento. Puede ser desde los puntajes otorgados para el subsidio habitacional, hasta exenciones de impuestos y mayor apoyo a la educación. Sé de mujeres que se declaran abandonadas para obtener ayudas estatales. Con mayor razón debemos apoyar a quienes sí han formalizado su unión familiar. Hay que ser más imaginativos y dar un incentivo mayor a la unión esponsal. Hemos sido mezquinos con las familias y la historia nos está pasando la cuenta. El vínculo matrimonial es fuente de estabilidad, posibilidad de proyección a largo plazo, cuna de mayor progreso y desarrollo.Hugo TagleTwitter: @hugotagle

 

. Y aunque fuese solo el 40% ya sería mucho. O sea, fruto de padres que no se han casado, no han sellado un compromiso matrimonial civil y menos religioso. Chile tiene el triste récord de ser uno de los países con más alto índice de niños nacidos fuera del matrimonio. Y lo peor es que no se vislumbran políticas sociales que busquen revertir esta peligrosa tendencia.Este porcentaje nos habla de niños que crecerán bajo el cuidado y alero solo de sus madres, alguna abuela o tía. El padre podrá estar relativamente cerca, pero la experiencia muestra que tiende paulatinamente a espaciar su responsabilidad hasta finalmente quizá desaparecer. Hay excepciones. Padres que, a pesar de no existir un vínculo formal, asumen si calidad de tales y velan por el crecimiento físico y afectivo de sus hijos. Asumen su responsabilidad, haciéndose parte activa en la manutención y cuidado de su prole. Pero la mayoría brilla por su ausencia, se desentienden de su responsabilidad con correr del tiempo, alegan falta de medios, tiempo, otras responsabilidades u otros hijos. Como sea, son las madres las que finalmente deben salir adelante con sus hijos. Aprovecho aquí a felicitar a aquellas que sacan adelante a sus hijos a pesar del padre ausente o de su débil responsabilidad. Muchas lo tienen muy difícil: deben lidiar con el reproche social, indiferencia y, sobre todo, pocos medios económicos.El tema de la natalidad fuera del matrimonio no es baladí. Es de importancia nacional. Un apoyo decidido a la estabilidad familiar repercute en una sociedad más fuerte, sana, de mejor crecimiento en todo orden de cosas. La natalidad así como la vemos, es fuente de pobreza, bajos índices educacionales, inestabilidad afectiva. A todos nos conviene tener un crecimiento basado en la familia, donde los hijos puedan crecer con referentes paterno y materno en igualdad de condiciones. Por lo mismo, hay que incentivar y apoyar el vínculo matrimonial. No da lo mismo si la gente está casada o no. Todos perdemos si no existe un vínculo solido entre quienes han gestado una nueva vida. Por ello, nos conviene su incentivo y fortalecimiento. Puede ser desde los puntajes otorgados para el subsidio habitacional, hasta exenciones de impuestos y mayor apoyo a la educación. Sé de mujeres que se declaran abandonadas para obtener ayudas estatales. Con mayor razón debemos apoyar a quienes sí han formalizado su unión familiar. Hay que ser más imaginativos y dar un incentivo mayor a la unión esponsal. Hemos sido mezquinos con las familias y la historia nos está pasando la cuenta. El vínculo matrimonial es fuente de estabilidad, posibilidad de proyección a largo plazo, cuna de mayor progreso y desarrollo.Hugo TagleTwitter: @hugotagle

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