."Te ganarás el pan con el sudor de tu frente", se decía. Ya desde pequeños, los padres primero y las escuelas después nos enseñaban a tener que prepararnos para un futuro donde no cabía otra alternativa que la de trabajar duro si uno quería salir adelante. Sí, es cierto que todos crecíamos con la famosa frase de "¿y a ti qué te gustaría ser de mayor?". Sin embargo, cuando pensábamos en lo que nos podía gustar, sólo se nos ofrecía un abanico cerrado de posibilidades: el abogado, el médico, el empresario, el futbolista, el cantante... Todo muy "cerrado", "definido", "sólido", "estable". Y esto se opone a la estructura de la realidad social actual, donde el futuro es más imprevisible que nunca, la flexibilidad está al orden del día, y la modernidad "líquida" (apropiándome del término de Zygmunt Bauman) se extiende por doquier. Hoy en día, la vieja percepción que teníamos sobre el trabajo ya no tiene sentido.Volviendo a las preguntas que he formulado antes del vídeo, creo que es positivo que alguien se identifique con la persona que va respondiendo que "sí" a cada una de ellas. Aunque reconocerse como un "insatisfecho laboral" seguro que no se encuentra entre una de nuestras máximas aspiraciones en la vida, es importante, aceptar que no estamos bien haciendo lo que hacemos. En mi opinión, es siempre preferible darse cuenta del lugar a donde se encuentra uno, que vivir en una completa y profunda ignorancia (supongo que eligiría la pastilla roja en vez de la azul en el caso de que me topara con Morpheo). Vivir año a año trabajando, para el disfrute de esas vacaciones de tres semanas, tal vez nos parece menos complicado y, por tanto, preferible o fácil de alcanzar. Sin embargo, viviendo de este modo (el equivalente a vivir en Matrix si me permiten seguir con el ejemplo), podía ser preferible sólo en una sociedad donde todo era mucho más "sólido": como veíamos en el vídeo, las personas tenían su trabajo, aprendían oficios, formaban familias más o menos estables, tenían opciones de escalar posiciones jerárquicas dentro de la empresa, etc. Pero, como he comentado, este tipo de estructuras se están desmoronando, y no es casualidad que se nos diga que para aprender algo nuevo, también es muy importante el "desaprender". Dicho de otra manera: el aprendizaje para toda la vida ya no es una opción, sino una obligación.
Hoy sabemos que estamos "aquí", pero mañana posiblemente estaremos "allí". Lo que quiero decir es que ya no es posible pretender "controlar" el futuro, pues la incertidumbre se cuela por todas partes. Sin embargo, creo mucho en aquello de que "resulta más fácil inventar uno mismo el futuro que tratar de predecirlo". Y esto, abre un abanico casi infinito de posibilidades... para luchar por tratar de orientar nuestra vida hacia lo que nos apasiona, en lugar de lo que nos vemos obligados a tener que hacer. Cierto, todo esto queda muy bien de cara a la galería. Palabras... y luego a la práctica resulta mucho más complicado. Pero de todos modos, ¿no creen que es aún más arriesgado seguir haciendo lo mismo de siempre, en un contexto social imprevisible en el que en cualquier momento a uno le pueden echar a la calle? Agarrarse a lo que uno tiene en el presente, a lo de que "hago esto porque no encuentro nada más", nos pone a merced de un mercado de trabajo que ya no es estable y al que no le va a importar si tenemos que pagar una hipoteca o mantener a una familia. Cuando uno descubre que hacer lo que hacíamos siempre, nos gustara o no, ya no es una opción porque debemos estar aprendiendo y desaprendiendo toda la vida... ¿por qué no orientar nuestro camino hacia lo que nos apasiona? Al fin y al cabo, la incertidumbre seguirá ahí... pero por lo menos yo estaré haciendo lo que me gusta en el presente. Y cuando uno hace lo que le gusta... los resultados siempre son mejores que cuando nos obligan a hacer algo.
Cuando hacemos lo que nos gusta, perdemos completamente la noción del tiempo y detestamos el control del tiempo o el de los relojes, pues estamos disfrutando. Hacemos lo que queremos... y porque queremos. Y como hacerlo nos llena de satisfacción, tenemos la necesidad de "compartir con", en lugar de "competir contra". Como decíamos, nos pasamos una gran parte de nuestra vida trabajando. ¿Por qué desperdiciar nuestro tiempo en actividades que no nos gustan y que nos convierte en esclavos de la incertidumbre? Reorientar nuestra vida laboral no se consigue de un día para otro. No se trata de autodespedirse un día del trabajo, y pensar que en unas semanas encontraremos el trabajo de nuestra vida. Al contrario, el proceso será lento, supondrá un sobreesfuerzo y muchos, repito, muchos altibajos. Pero cuando uno descubre realmente lo que quiere hacer, y empieza a dedicarle horas y horas, ya sea en los ratos libres o, con suerte, a través de su trabajo, verá que con el tiempo aquella incertidumbre se convierte en "lo posible". ¿Todavía siguen pensando que preferirían seguir viviendo en la ignorancia?Termino esta reflexión con un vídeo de poco más de tres minutos, que creo que encaja bastante bien con lo que hemos aprendido. (Ojalá te sirva para encontrar aquello que andabas buscando...).
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