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El ataque social a
las drogas es de reprobación total, muchas voces se alzan como expertas en la
materia dando argumentos sólidos y sobre todo basándose en el daño irreversible
al cerebro humano. Hay drogas que curan los males del hombre. Un mal cura, un mal.
Déjeme comentarle
que las drogas no son necesarias para dañar el cerebro de algunas personas. La
violencia cerebral nada tiene que ver con las drogas pues hay muchos adictos
que en su soledad se dañan sin hacer mal a nadie más que el que se hace a ellos
mismos.
Hay otros
estimulantes legales que perturban la mente y otro ni siquiera eso. Un ejemplo
es la guerra que ahora se vive en Asia por el odio ancestral de pueblos que
nunca se han entendido.
Tal vez la droga más
poderosa no sea la que se combate con leyes y castigos carcelarios y es la que
mayor daño provoca: Religión. Irónico, verdad.
Se habla de la
cocaína, marihuana, metanfetaminas y muchas otras más artificiales que
representan un gran negocio para los hombres que aman actuar en la ilegalidad.
Lo mejor sería gravar
la actividad económica y no gastar más en combatir algo que jamás va a
desaparecer. Los ingresos por esta actividad pueden ser brutales y muy útiles a
las sociedades.
Para entenderlo
bien solo hay que estudiar la evolución histórica del alcohol y como llego a su
legalización. Ya está disponible en video.
La máxima de las
drogas es sin dudar la ganancia. Márgenes altos de utilidad que van desde la
siembra hasta el consumo final.
La cadena comercial
se encarece por ser ilegal y el negocio ya perpetrado lo hacen los bancos en el
conocido negocio del lavado de dinero. Este no está penado aunque si mencionado
en la ley.
Lo que quiero decir
es que no se aplica ninguna pena a las instituciones y menos a las personas que
generalmente piden disculpas públicas, pagan la ridícula multa y a seguir
puliendo la máquina de lavado para el siguiente periodo.
Esa es la verdad,
nadie está peleado con la ganancia del narcotráfico por mas desaseada que esta
sea. Dinero sucio es dinero.
Está involucrada en
este negocio toda clase de gente. La respetable y la detestable o sean desde el
narco hasta el cura del pueblo que recibe fuertes donaciones para los arreglos
de la parroquia que nunca acaba de comprar la campana nueva que necesita.
Una lucha perdida
de antemano. Una guerra declarada por razones meramente políticas e inútiles,
sustentadas en discursos huecos plagados de falsedades por políticos
deshonestos que exponen la vida de gente inocente con o sin uniforme.
Ninguna muerte se
justifica por esta razón y menos arguyendo que es por proteger a los hijos de
las familias. Este discurso mediocre se cae cuando vemos que no se es capaz de
poner un mendigo extinguidor en una guardería para protección de bebes.
La droga existe
hace siglos. Su combate es relativamente nuevo. Imposible de derrocar el
imperio en torno a ella. Inteligente seria solo gravarla como una actividad de
ambulantes haciendo un registro confidencial de las personas que se dedican a
esto.
Lo demás es pura
pantalla, faramalla y sobre todo debilitación de instituciones públicas que dan
la vida por una causa perdida. No se vale politizar lo inválido.99.- reflexión sobre las Drogas.
El predicador
económico.