Hasta hace poco fui profesor de latín en 4º de ESO, experiencia muy enriquecedora para mí, tanto en lo personal como en lo profesional. Ser profesor de una asignatura del nivel del latín, pero tan denostada como lo ha sido, sobre todo por la nula utilidad que parecía tener, me puso en la pista de un modo de enseñar y de relacionarme con los alumnos diferente al de las otras asignaturas que he impartido. Lo primero que tenía que lograr era captar la atención de los alumnos, hacer que en conocimiento de una lengua tan extraña les resultara interesante. Para ello les proponía la etimología de palabras que suelen utilizar pero de las que desconocen el significado original, normalmente latino, que tienen en la lengua, llegando por extensión al campo semántico y a todo la familia lingüística.