Quiero
abrir esta conversación para promover el rescate de los oficios que hoy cuesta
conseguir. ¿Un buen albañil? ¿un maestro que arregle instalaciones sanitarias o
eléctricas? ¿un jardinero de verdad? . Si los encuentra “dese con una piedra en
el pecho”, como decía mi abuela.
En ese sentido, quiero rescatar la dignidad e importancia de la formación
técnica, con carreras pertinentes para alcanzar competencias para una actividad
concreta. He querido indagar en las redes sociales de Twitter,
#rescatedeoficios, sobre las necesidades que están desatendidas por el
sistema educacional chileno. Esto ha sido consecuencia de haberse encarado la
educación como un negocio y que en muchos casos haya significado vender
ilusiones sin destino. 18 mil estudiantes de la Universidad del Mar que
deberán trasladarse a otras universidades, son evidencia del fracaso de ese
estilo mercantil.
Un modelo que ha generado miles de cesantes ilustrados, que no encuentran
espacio en el sector productivo. En paralelo, en un espacio desmerecido
culturalmente por las familias que creen que “ser otro” es que sus hijos saquen
un título universitario, encontramos la formación técnica y creo que es lo que
Chile necesita ampliar, para que sea la opción lógica para bajarle costos a la
familia y lograr que el joven se incorpore al medio productivo. La necesidad de
técnicos es muy grande y diversificada y por ello les invito a mirar
hacia esos oficios que pueden ser sustentables y bien pagados.
Si el joven le agrega un espíritu emprendedor, con seriedad, con sentido de
buen servicio , de seguro será muy bien remunerado por sus clientes. En
definitiva, invito a recuperar esos oficios que hoy se hacen pagar a
precio de oro. Una buena modista, un buen sastre, un zapatero remendón, un
gasfíter, un orfebre, una persona certificada para mantener edificios,
electricistas, soldadores, caldereros trazadores, fresadores, instaladores de
salamandras y de energía solar, reparadores de techumbres, albañiles,
podadores, jardineros. Mozos o camareras, guías de turismo, traductores, personal trainers,
en fin un mundo de oportunidades que deben ser comentadas para orientar a la
juventud a carreras cortas, altamente apreciadas por la comunidad y en las
cuales pueden ser felices e independientes.
Álvaro Fischer Díaz, Periodismo
Totalmente de acuerdo contigo y con Francisco. Chile debe ser de los paìses con una peor estructura en la oferta educativa y aùn peor polìtica de incentivos para que nuestros jòvenes encuentre caminos. Un buen soldador tiene un futuro asegurado en la minerìa; un buen chofer; un buen garzòn, en fin, Existen algunas iniciativas, dignas pero sin "glamour", el negocio està en venderle carreras de pizarra y plumòn a los jòvenes, El Estado tiene que intervenir y gestar incentivos.
Francisco Javier Brenes Berho, Periodismo
No aprendemos de la historia, durante el fatídico tiempo que duró el régimen nazi en Alemania, la mayor parte de los judíos que salvaron la vida fue de los que dominaban oficios como la electricidad, plomería, carpintería, mecánicos, etcétera. ¿Porqué? "Elemental mi querido Wattson", porque eran indispensables y más aún en tiempos de guerra. ¿Qué no se han dado cuenta nuestros gobiernos de lo necesario que es contar con personas bien capacitadas en éstos y otros oficios como la enfermería, por citar otro ejemplo? ¿Pues qué carambas hacen que no se dedican a impulsarlos con tda la seriedad e intensidad que el caso amerita? !Saludos!