No cabe duda que el
servicio público ha comenzado a ser un oficio peligroso en nuestro país.
Y es que hasta hace
unos meses, treinta y un ediles de los
dos mil cuatrocientos
cuarenta y cinco municipios que hay en México, han
sido asesinados supuestamente por la delincuencia organizada, mientras que
otros tantos han sufrido extorsiones, amenazas, o les han cobrado “el derecho
de piso”. Por ello, a mediados del mes de julio de 2012, el Comité Ejecutivo
Nacional de la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC), acordó con algunos
presidentes municipales panistas, la contratación -durante el tiempo que dure
su gestión-, de un seguro de vida grupal con un monto de aseguramiento mínimo
que va desde ciento cincuenta mil pesos, hasta un millón o millón y medio,
tomando en consideración la ubicación del municipio, grado de violencia y nivel salarial.
Es importante señalar
que los estados de mayor riesgo por su alto nivel de delincuencia son: El
Estado de México, Nuevo León, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, Oaxaca,
Chihuahua, Guerrero, Coahuila, Tabasco, Michoacán, Morelos, Veracruz y
Tamaulipas.
Según Patricia Dávila,
-Proceso-, el Partido Político con más Presidentes Municipales ejecutados ha
sido el Partido Revolucionario Institucional (PRI), seguido por Acción
Nacional, (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Sin embargo y
a pesar de ocupar el número uno en este tema los presidentes municipales de
extracción priista e integrantes de la (FENAMM), Federación Nacional de
Municipios de México, señalaban que hasta estos días no se han puesto de
acuerdo respecto de contratar un seguro de vida que los proteja durante su
gestión, como recientemente lo han hecho
los panistas, pero sí reconocen a
través del Gobernador del estado de México Eruviel Ávila y según las
estadísticas de la Fenamm, desde el año 2006 hasta hoy, ciento veintiséis
presidentes municipales se encuentran amenazados por grupos criminales o han
tenido que dejar sus casas o de plano trabajar fuera de su demarcación para
proteger su integridad física.
Y vaya que el sexenio
de Felipe Calderón, ha sido considerado de alto riesgo también para los
funcionarios públicos, solo basta recordar por ejemplo, a sus dos secretarios
de Estado que murieron - según dicen los que saben-, en accidentes aéreos,
ambos en su momento ocuparon el mismo cargo: Secretario de Gobernación del
Presidente de la República.
El primero de ellos,
Juan Camilo Mouriño, quien falleció el 4 de noviembre del 2008, cuando iba a bordo
de un Learjet 45. “Todo parece indicar que se trató de un accidente.” Sostuvo
Luis Téllez Kuenzler quien fungía entonces como el Secretario de Comunicaciones
y Transportes.
Curiosamente, en el
mismo mes pero tres años más tarde, el 11 de noviembre del año 2011, murió José
Francisco Blake Mora, al desplomarse también el helicóptero Súper Puma de la
Fuerza Aérea Mexicana TP-06 que lo transportaba a Cuernavaca, Morelos. “Debido
a condiciones climatológicas determinantes, o por un error del piloto o fallas
de instrumentos” manifestó el Director
General de Aeropuertos y Servicios Auxiliares Gilberto López Meyer.
De ninguna manera me
manifiesto en contra de las buenas intenciones del Presidente Calderón, claro
que no, en lo personal lo considero un buen presidente…..con todo en contra.
Sin embargo, la
sangrienta lucha por “la plaza” entre los cárteles de la droga, más la
violencia que se ha venido desatando por parte del gobierno en la guerra contra
el narcotráfico y el crimen organizado de manera clara y definitiva ha llegado
a niveles demasiado altos en donde todos, gobierno y ciudadanos hemos perdido.
Hoy pareciera que en algunos lugares del país aspirar a un cargo de elección
popular pudiera dejar de ser atractivo, y a menos de un mes de que Enrique Peña
tome en sus manos las riendas del país, la verdad es que se percibe difícil que
la situación cambie aun con el “cambio de timón” con el que tanto se ha
especulado.
Ojalá me equivoque,
por el bien de todos. Por el bien de México.