Mi maleta de periodista - Comunicación - Reeditor.com

. A continuación presento algunas de mis reflexiones:

Mi fantasma personal: el editor.

Cuando Halperín habla de los “fantasmas” del periodista y del entrevistado me vino a la mente uno que siempre está presente conmigo cuando hago mis entrevistas, el editor. Paso a comentar dos casos personales sobre este tipo de fantasma:

Recuerdo con cierto desagrado mi experiencia de trabajo en una revista llamada Génesis, que trata sobre las poblaciones de Guarenas, Guatire y Araira, a 40 minutos de Caracas, en Venezuela. Su editora, aunque hija de un periodista, no había estudiado comunicación social; digamos que era sólo la heredera del “negocio familiar”.

Me molestaba mucho tener que ser corregido por alguien que no supiera del área pretendiendo conducir mi trabajo por un sentido que según mi criterio no era el correcto. En resumen, fue un “fantasma” terrible.

Otro caso se presentó cuando trabajé en la revista electrónica médica Vitae, cuyo target son especialistas y estudiantes de medicina. Aunque en esta oportunidad el editor tenía mayor preparación académica, se convirtió en un “fantasma” a la hora de asignarme mis pautas para entrevistas. Por ser un sector muy especializado, sentía a mis espaldas la mirada del editor que me recordaba: “debes estar al nivel de los lectores”.

En el primer caso el editor me forzaba a hacer un pésimo trabajo. En el segundo se me obligaba a realizar un esfuerzo algunas veces superior a mis capacidades.

Una de las peores – una de las mejores

Una de las experiencias más complicadas como entrevistador fue conversar con un reportero gráfico de El Nacional a un año de la tragedia del estado Vargas producto de las lluvias. El entrevistado se pasó toda la entrevista viendo y comentando sus fotos sin responder a mis preguntas. Sólo al final me dio un dato importante pero exigió que apagara la grabadora: es decir, off the record.

Por otra parte, una de las mejores experiencias como periodista no fue en una entrevista personal sino a través de un cuestionario, que el consultado contestó con su puño y letra. Y digo que fue muy positiva en primer lugar por la calidad del personaje: el cantautor español Alejandro Sanz; y en segundo término por las preguntas que le realicé, con las que traté temas que pocos periodistas han tocado en conversaciones con el artista.

Muchas veces lo mejor llega la final

En una oportunidad cuando entrevisté a un especialista en infectología sobre el tema del dengue, el título que utilicé en el texto fue tomado de la frase que me lanzó cuando se levantó del asiento y se dispuso a retirarse:

- ¿Cuán es la enfermedad en Venezuela que más le preocupa?

- Lo que más nos preocupa es la enfermedad política.

Entre piedras y lacrimógenas

El texto de Halperín trata sobre entrevistas concertadas con un tiempo prudencial, en las que se pueden preparar las preguntas con antelación y realizadas en un lugar adecuado. Pero esta situación ideal no ocurre en todos los casos.

En una oportunidad tuve que cubrir la fuente de sucesos haciéndole un favor a un colega que se encontraba de reposo. En esa ocasión recogí las declaraciones del jefe de la policía, en medio de gases lacrimógenos y con el peligro de recibir una piedra en la cabeza. Además podía oír las palabras de mi editor: “no me importa que corras riesgos, quiero esa nota antes de las 4:00 de la tarde”.

¿Cómo hacer una pregunta original en semejante circunstancia? La respuesta es sólo una: con la experiencia de trabajar en la fuente.

Poner el micrófono sin mirar a los ojos

El caso más patético que he visto en una cobertura periodística fue el de una periodista durante una marcha en solidaridad a la muerte de un reportero gráfico caído durante los sucesos ocurridos en Caracas el 11 de abril de 2002. Mientras la colega tomaba las declaraciones de una señora, a la vez se peinaba y veía para otro lugar. Para esta periodista lo principal no era el entrevistado, ni mucho menos el público televidente, lo único que le importaba era hacer la nota del día.

Además, sin tartamudear

Hay defectos que en prensa escrita pueden solventarse pero que en medios radioeléctricos pueden ser una gran piedra de tranca: uno de ellos es el tartamudeo. Todo periodista que desee trabajar en televisión o radio no sólo debe realizar preguntas de interés para el público, además debe formularlas de manera fluida y con excelente modulación.

Lenguaje no verbal

En una oportunidad realicé una entrevista a un psiquiatra de 84 años, le preguntaba sobre la historia de su profesión en Venezuela. Noté que mi mirada atenta, mi pose relajada, mis asentimientos que le decían que estaba siguiendo el hilo de la conversación, y mi sonrisa ante sus chistes, hicieron que lo que debía ser una entrevista corta – dado lo ocupado del personaje-, se extendiera por 3 horas.

La conversación estuvo llena de anécdotas interesantes: ¿alguna vez había escuchado que a principios del siglo XX los nombres de los “locos” que se curaban en Venezuela se publicaban en la Gaceta Oficial?, ¿sabía que el autor de la estatua de María Lionza que se observa en una de las autopistas caraqueñas, el escultor Alejandro Colina, estuvo un tiempo recluido en un centro de salud mental?

Todos estos datos y otros no los hubiera podido conseguir sin una buena utilización del lenguaje no verbal.

Grabadora vs libreta

Cuando estoy cubriendo un suceso en la calle y tengo poco tiempo para publicar una nota prefiero una libreta pequeña que la grabadora, me ahorra el tiempo de volver a escuchar el sonido.

Si la grabadora me falla por alguna razón – ya me ha ocurrido varias veces-, me obligo a copiar cuanto antes todo lo que recuerde de la conversación; se que a mayor tiempo transcurrido luego de la entrevista, menos cosas recordaré y con menor exactitud.

La grabadora finalmente presenta una ventaja muy importante: libera la mirada del entrevistador del papel, lo cual permite que éste capte los gestos del entrevistado – feedback – para darle a entender que lo está escuchando con atención; además permite obtener información adicional sobre el ambiente donde se realiza la entrevista, de la vestimenta del entrevistado y de sus gestos.

@Joaquin_Pereira