. Desde que ese joven comerciante se quitó la vida en Túnez, una
serie de países de esa parte del hemisferio han visto temblar sus cuestionadas
instituciones y sus largas tiranías.
Pero el caso está teniendo implicaciones mayores si pensamos en lo que sucede actualmente en el Extremo Oriente y, particularmente, en la República Popular
China. Desde que se conoció que el premio Nobel de la Paz le había sido
otorgado a Liu Xiaobo, presidente de la
asociación de escritores chinos afiliados al PEN Club Internacional, quien para
ese momento se encontraba preso por haber firmado la Carta 08, publicada en
diciembre de 2008 y que instaba a la reforma política y la democratización de
la República Popular de China, el régimen, en lo que pareció una clara
demostración de su poder, arremetió contra todo tipo de disidencia. Sin embargo,
y según las diferentes organizaciones de defensa de los derechos humanos,
tras los levantamientos del Magreb la represión por parte del régimen se ha
incrementado mucho más. Después de los diferentes mensajes que se han colado a
través de las redes sociales, donde se llama a imitar lo que está sucediendo en
los países árabes, casi 200 disidentes, activistas de los derechos humanos e intelectuales, han sido apresados sin que hasta ahora se
sepa su paradero, entre ellos el artista Ai Weiwei.
Pero, ¿quién es Weiwei? Según se sabe, Weiwei es un artista que
colaboró con el diseño del Estadio Nacional de Pekin, mejor conocido como el
Nido, construido especialmente para los juegos olímpicos del 2008 celebrados en
Beijing. Aficionado a utilizar el internet para comunicarse con su público,
este artista chino, que practica varias disciplinas como el performance, la
escultura, la fotografía y la crítica cinematográfica, viene denunciando una
cantidad de hechos de corrupción, entre los que destaca la construcción de una
escuela en Sichuan después del terremoto que tuvo lugar el año 2008 en esa
localidad.
Weiwei fue detenido el 3
de abril cuando se disponía a abordar un vuelo que lo conduciría a Hong Kong. Algunos
piensan que la detención de Weiwei es una advertencia y un escarmiento para los
que hacen uso de las redes sociales y el internet, al cual tanto temen las autoridades chinas. El caso es
que Weiwei ha sido perseguido desde hace varios años. No sólo se le demolió su
estudio situado en la capital china, sino que él mismo fue golpeado salvajemente,
por lo que tuvo que ser operado de urgencia en el 2009. Los jerarcas chinos
parece que no le perdonan la comunicación que mantiene con sus casi 75.000
seguidores de twitter y sus constantes llamado a reformar el sistema político
chino. Por eso ahora, y ante el asombro de sus compatriotas, se le acusa de supuestos “delitos económicos”.
Y esto, como continuación de esa práctica que se ha impuesto en varias partes
del mundo y que habla de que “no hay presos políticos, sino políticos presos”.Mientras tanto, en Hong Kong, donde todavía se puede manifestar,
sus partidarios salen a la calle y gritan: “mal país, no hay amor”. Y eso,
porque Ai, el primer nombre de este artista, paradójicamente significa “amor”.