Hasta la fecha, el objetivo de
largo aliento de la administración Obama en Siria, de defenestrar a Bashar al Asad, se ha construido, basado en medidas tales como la presión diplomática, la
aplicación junto con la Unión Europea
de fuertes sanciones económicas, las campañas propagandísticas, la
guerra cibernética, el estímulo a la deserción
e incluso, la castración
física de la cúpula alauí.
Sin embargo, a pesar de los
vaticinios, que el régimen se caía en
pocos meses, la realidad reniega de los frutos esperados.
Resultados de la aplicación
de las
medidas
Prueba de ello son los
tres fallidos intentos del Consejo de Seguridad de la ONU para
condenar y proceder contra Siria, vetados por
Rusia y China, la
incapacidad manifiesta de
doblegar al ejercito sirio o lograr su rebelión, la exigua cantidad de combatientes incorporados a la lucha
contra Al Assad, la existencia en
las filas de los grupos rebeldes de una
peligrosa presencia de yihadistas y de
Al Qaeda, los intentos fallidos en incorporar, masivamente a la población al
levantamiento, ante la incertidumbre que
genera un nuevo régimen
que nadie garantiza, que no
termine reprimiendo a las minorías cristianas, drusas, alauies y
kurdas.
Nuevos enfoques de la cuestión siria
Frente a este desiderátum, por las últimas declaraciones de algunos
diplomáticos y militares estadounidenses
y los recientes incidentes entre
Ankara y Damasco, al parecer
la estrategia respecto a la
cuestión siria, se aboca a un
cambio de guión, donde la opción por el carril militar multilateral, parece acentuarse. Así, Susan Rice, Embajadora de
los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, destacó que la peor opción (respecto a Siria)…; es,…por desgracia, la que parece más probable. Paralelo a ello, la portavoz del Departamento de Estado,
Victoria Nuland declaró que la situación en Siria exige la aplicación del
artículo 7 de la Carta
de las Naciones Unidas, que permite el uso de la fuerza armada para acabar con
las amenazas y alcanzar la paz y la seguridad. Hacen coro a
dicha apreciación, las declaraciones
de oficiales estadounidenses de
alto rango como las del
General Martin Dempsey, Jefe del Estado Mayor Conjunto, quien ante la posibilidad de una acción militar en Siria,
admitió estar dispuesto a ofrecer opciones, si se le pide, o la del portavoz del Pentágono, George Little, quien
recalcó la responsabilidad del Ministerio
de Defensa en explorar todas las
posibilidades existentes y tenerlas a disposición si es necesario y la tercera declaración al hilo, sobre la amenaza
de una guerra química, del Secretario de Defensa de EE.UU., León
Panetta, en ocasión de la fabricación
de estructuras militares que realiza en Jordania, personal estadounidense.
Escalamiento en las
relaciones turco-sirias
Aunado al ruido provocado por las mismas piedras que trae el río; se
agregan, el reciente incidente
provocado por la intercepción
del avión civil de pasajeros,
Airbus A320 de la Syrian
Air, que cubría la
ruta Moscú- Damasco, el cual bajo sospecha de transportar armamento para el
ejercito sirio, fue obligado a aterrizar en
Ankara, la intimidación a un
helicóptero artillado del Ejército sirio, que bombardeaba posiciones de los rebeldes,
el significativo incremento de tanques,
aviones de combate y unidades de
artillería turcas en la frontera con
Siria y
el cierre del espacio aéreo turco
a vuelos civiles sirios, con la excusa
de que las autoridades sirias están
utilizando tales vuelos para trasportar material bélico.
Hipótesis de salida
Los hechos reseñados nos compelen
a plantear como mínimo siete
hipótesis de evolución del conflicto,
que en su orden de complejidad descendiente serían: Primera,
que Ankara, provoque un
conflicto militar real, artificial o ficticio con
Damasco, que le permita alegar legitima defensa y forzar así una guerra con
Siria, invocando el articulo 5 del Tratado de la OTAN, que establece que en caso de ataque armado contra uno o
varios de los Estados miembros, los demás Estados miembros adoptarán las
medidas que juzguen necesarias con base en el derecho de legítima defensa.
Segunda, arropar con “cobertura legal”, una intervención de la OTAN, con el argumento de incapacidad manifiesta del gobierno sirio, para controlar su
armamento químico,
advertencia que ya hizo
el Presidente francés, Francois
Hollende, quien sentenció, que el uso de armas químicas del régimen
sirio, podría proveer una causa legítima para una intervención extranjera.
Tercera, que Israel consuma la amenaza de ataque preventivo
contra las instalaciones
nucleares iraníes y provoque una guerra
que por su magnitud,
arrastre a Siria y se aproveche de
la coyuntura para poner termino al régimen alauí. Cuarta, que ese mismo país, aduzca como
casus belli, el peligro de que
tales armas puedan caer en poder de
grupos como el libanés, Hezbollah, jurado
enemigo de Israel, para, como advirtió su Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, tener la excusa de lanzar una operación militar contra Siria.
Quinta, que la tercera hipótesis
se instrumente con apoyo de la cuarta. Sexta, que Ankara,
atice aun más, el tema de la
utilización del espacio aéreo entre las partes,
para vender externamente la impresión
de que el espacio aéreo sirio es “inseguro”,
y así justificar la creación de una zona de exclusión aérea sobre
dicho país y Séptima, que
Turquía simplemente esté
agitando el fantasma del conflicto con Siria, con el
objetivo mínimo de aumentar la presión psicológica sobre Damasco y así forzar la
renuncia de Al Assad .
Por:
Euclides E. Tapia C.
Profesor Titular de Relaciones
Internacionales de la
Universidad de Panamá