Un Austin mini se desliza raudo por las calles de París. Tras él una serie de patrullas policiacas hacen gala de las sirenas (de aquellas que no ensordecen a los peatones) intentan alcanzar al delincuente-héroe, mientras aprovechamos de ver un paneo de la ciudad, La Defense, Qaui de Branly, el río Senna, y algunos quartiers intramuros (barrios). De pronto Jason Bourne, el asesino amnésico, nos sorprende a todos cuando decide desviarse del camino adoquinado y bajar a través de las escaleras que marcan los desniveles de las calles parisinas. Es la invasión del espacio peatonal... una transgresión.