Una de las necesidades
imperiosas para la economía paraguaya es lograr niveles altos de competitividad
para mejorar el acceso que tienen los productos a los mercados internacionales.
Pero además de una mirada interna hacia la calidad de lo que producimos, necesitamos
una mirada hacia el exterior que apunte a aprovechar mejor aquellos mercados en
donde tenemos oportunidades. Y uno de los mercados que podríamos aprovechar
mejor es el de México.
Con 112 millones de
habitantes, con un abanico de consumo que abarca un amplio número de productos
y servicios, México representa un potencial enorme tanto para las
exportaciones, como para la atracción de inversiones y el desarrollo de
proyectos mancomunados. Tras la crisis económica global, que afectó fuertemente
a México entre 2008 y 2009, este país tuvo un crecimiento de 5.5% el año pasado
y mantiene la proyección de mejoría de su economía para 2011 y 2012. Y algo muy
importante: los mexicanos saben que tienen una dependencia excesiva de Estados
Unidos, a donde se destina más del 80% de las exportaciones, por lo que
requieren buscar nuevos socios para minimizar el elevado riesgo que se tiene al
depender de un solo mercado.
Por eso, recientemente
México firmó un Tratado de Libre Comercio con Perú con miras a incrementar el
intercambio comercial bilateral –que el año pasado fue de “apenas” 1.413
millones de dólares-, además de apuntar hacia el gran mercado asiático, sobre
todo a China.
En este contexto, debemos
pensar cómo aprovechar la coyuntura y mejorar nuestro comercio con el país
azteca. El año pasado el intercambio comercial fue por un monto de 180 millones
de dólares, lo que representó un incremento de 75% frente a 2009, pero todavía
las exportaciones paraguayas son escasas frente a todo el potencial de consumo que
tiene el mercado mexicano.
Tenemos en frente un
mercado de oportunidades que no debemos desaprovechar, ya que no sólo sería una
fuente de generación de ingresos y empleos, sino que permitiría minimizar la
dependencia paraguaya de un Mercosur que en 20 años de funcionamiento ha
generado más trabas e injusticias que beneficios para los paraguayos. México
puede adquirir toda la oferta exportadora nacional, desde los productos
agrícolas hasta los industrializados –como las confecciones- y los bienes intangibles
que dependen del conocimiento.
Para mejorar la economía,
Paraguay necesita dos cosas fundamentales: mejorar su competitividad –primero-
y aprovechar mejor las oportunidades en los mercados internacionales. Y en este
sentido, México se muestra como un socio atractivo que podría convertirse en un
aliado que contribuya a detonar el potencial que existe en numerosos sectores
de la economía nacional.