Novela de aventuras ecológica, en la que este autor finlandés pretende exponer literariamente la posibilidad de calentamiento global del planeta Tierra hasta el extremo y las consecuencias tanto ecológicas como sociales. Quizá una continuación a esta novela podría ser la glaciación posterior.
Realmente, hace hincapié en que lo ecológico y natural incluye a la Humanidad, aunque en muchas ocasiones no queramos reconocerlo. Somos tan vulnerables como cualquiera de las especies de este mundo, incluidas las que han vivido antes y ahora están extinguidas. La vulnerabilidad queda patente a diario en nuestro mundo, pero autores como Isomäki ponen el dedo en la llaga de vez cuando para advertir, a su manera, de que no estamos haciendo las cosas bien, en contraposición con los que consideran que no existe límite reconocible al desarrollo humano, al hilo de las teorías liberales utilizadas en economía.
Hablando de esto, los defensores del sistema de mercado libre o también llamado liberal, cuestionan cualquier intervencionismo, entendiendo que el mercado se regula por sí mismo. Las crisis económicas son mecanismos de regulación, pero también son causa final de una sobreexplotación de recursos económicos, por no decir naturales y sociales. En la Naturaleza ocurre lo mismo. Ésta tiene una capacidad total para regular los impactos, hasta el punto de resetearse y autodestruirse en parte para recuperar otro estado de equilibrio. Los mejores ejemplos los tenemos en los cambios climáticos ocurridos durante el Pleistoceno o las extinciones en masa a lo largo de toda la historia geológica de la Tierra. Geólogos y paleobiólogos saben mucho de esto y aunque a veces parezcan alarmistas, no dejan de tener algo a su favor: las pruebas irrefutables de numerosos acontecimientos terrestres que han cambiado la faz del planeta desde que éste se formó hace casi 5000 millones de años y especialmente desde que hay vida en el mismo.
La propuesta del autor es altamente naturalista, enfocada al ahorro de energía o a la utilización de energía limpia, al respeto por nuestros congéneres y la distribución de los recursos, que algunos llaman riqueza. Esa riqueza queda reflejada en los valores de los protagonistas.