El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar.
.
Sun Tzu
El
país se ha convertido en una inmensa morgue. Los hallazgos recientes de varias
fosas clandestinas en Tamaulipas nos dan una muestran clara de la presencia de
la muerte entre nosotros. Decenas de miles de asesinatos se cuentan ya desde el
inicio de la guerra contra el narcotráfico, mientras que el gobierno federal,
recién, nos avisa ⎯no
vayamos a pecar de optimistas⎯ que
esto va para largo y que, a pesar de ir ganando,
todavía nos quedan, al menos, otros 7 años para acabar de destrozar el poco
tejido social que aun queda sin daño.
Más allá de los eufemismos que utilicen para denominar
al combate contra el crimen organizado, está claro que estamos en medio de una
auténtica guerra. De allí que sea
posible evaluar la situación con base los clásicos de la estrategia militar,
para darnos una idea de qué tan cerca o lejos estamos de la tan esperada
victoria.
El filosofo chino Sun-Tzu escribió una serie de tratados
sobre la guerra que se han convertido en un referente indispensable para todo
estratega, ya no sólo en el ámbito de la milicia. Miles de años de por medio,
dichos postulados pueden servirnos para sacar algunas conclusiones de qué tan
estratégica ha sido esta lucha.
“Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en
cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti
mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te
conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla”. Es probable que este ha
sido el error más grave, tomar la decisión de salir a luchar improvisadamente,
con escaso conocimiento del enemigo al que se iba a enfrentar y con una nula
consciencia de las verdaderas capacidades y limitaciones propias.
“El que
actúa aisladamente, que carece de estrategia y que toma a la ligera a sus
adversarios, inevitablemente acabará siendo derrotado.” Sólo basta mencionar la
falta de coordinación entre las instancias y los órdenes de gobierno
responsables del combate, así como la falta de información de inteligencia
sobre las reales capacidades que tenían los grupos delictivos para combatir.
“Un ejército victorioso gana primero y entabla la
batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la
victoria después”. Lanzarse a la guerra sin preparación y sin mayor motivación
que alcanzar una mayor legitimidad política no permitió construir las
capacidades jurídicas, de inteligencia, policíacas y militares suficientes par
articular adecuadamente una estrategia.
Y para finalizar: “Nunca es beneficioso para un país
dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo” y “lo más
importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia”.
Por lo ya comentado se observa que los estrategas
gubernamentales no han tenido mucho en cuenta estos, ni ningunos otros
postulados. Asimismo que la ausencia de una estrategia es notable y preocupante
porque no solamente esta en juego la credibilidad y el prestigio de un
gobernante, sino la seguridad y el bienestar de todo un país. Si bien es cierto que esta guerra en
algún momento tendría que darse y no es posible capitular, también debemos
reconocer que difícilmente podría haberse hecho de peor manera. Por lo que más
que lamentarse es necesario continuar insistiendo en el hecho de que nunca será
tarde para replantear la estrategia.
Milenio Hidalgo Diariohttp://alonsohuerta.blogspot.comTwitter @AlonsoHuerta