. Sacerdote dedicado a los más pobres y desamparados, quien supo ver en cada pobre a Cristo, sus “patroncitos”, como solía decir.No es una simple estampa en la pared o un bonito recuerdo. Es un reclamo viviente para hacer de nuestra patria y del mundo un lugar más justo, fraterno, unido. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de servir. Siempre hay alguien a nuestro lado más necesitado que uno."Si todos nos viéramos como amigos, el mundo sería más justo. Tenemos el poder de hacer justicia social ahora". Éste es el lema de este Mes de la Solidaridad 2012, mes es en el que se nos exhorta a hacer justicia social ahí donde nos encontremos. Ella no es solo tarea de los políticos, grandes empresarios o gente con poder: es tarea mía, suya, de todos.Las palabras del Padre Hurtado no pierden vigencia: “Cristo se ha hecho nuestro prójimo o, mejor, nuestro prójimo es Cristo que se presenta como paciente en los enfermos; necesitado en los menesterosos; prisionero en los encarcelados; triste en los que lloran. Si no lo vemos es por nuestra indiferencia, frialdad o desdén, no porque no existan. Separar al prójimo de Cristo es separar la luz de la luz. El que ama a Cristo está obligado a amar al prójimo, con todo su corazón, con toda su mente, con todas sus fuerzas". Y continúa: "Yo sostengo que cada pobre, cada mendigo, es Cristo que carga su Cruz, y como a Cristo debemos amarlo y ampararlo. Si iniciáramos una campaña, una cruzada de amor hacia el indigente, terminaríamos a corto plazo con los espectáculos deprimentes de la mendicidad callejera”.Hemos crecido y progresado como país y continente desde los años 50, años de estas palabras del Padre Hurtado. Pero la pobreza ha adquirido lamentablemente nuevos rostros: jóvenes sin proyecciones de vida, drogadictos, abandono, soledad.La caridad comienza donde termina la justicia. Ojalá algún día la beneficencia se reduzca a un mínimo, la elemental a mendigos, presos y enfermos y pierda la urgencia y hondura de hoy, en que aún es materia muy grave y necesaria. Lo que sí es claro es que siempre tendremos a alguien a quien tenderle una mano.La caridad y solidaridad comienza por casa. Por ello, bueno sería un empeñado en la más elemental de las caridades: el buen trato al interior de las familias, los colegios, las universidades, empresas y oficinas. Siempre podemos mejorar la convivencia. Es el momento de hacerlo.La idea es hacer del otro, de mi prójimo-próximo, un verdadero amigo. Si lo intenta, notará que cambia la mirada.P.Hugo Tagletwitter: @hugotagle