Este miércoles es feriado. La verdad, un buen
respiro en medio de la vorágine de este segundo semestre y ad portas de
comenzar un ajetreado último trimestre del año, con las festividades patrias de
por medio.
Luego de pasar esta mitad de agosto, se distingue
en el horizonte patrio un previsible aumento de las revoluciones
preelectorales, lo que esperemos sea una verdadera fiesta de la democracia y
participación ciudadana. Le otorgo mucha importancia a las elecciones
municipales, dado que alcalde y concejales son los referentes ciudadanos más
inmediatos. Al menos, deberían serlo, por su cercanía a los problemas
cotidianos de la gente.
Pero falta para ello. Ahora, esta pausa en mitad de
semana vendrá bien. Es feriado religioso, mariano, donde se celebra la Asunción
de la Santísima Virgen. Curiosa celebración, pensarán algunos. No les dirá
mucho, pero es de vital importancia. Es una consecuencia necesaria de otra
celebración, la Inmaculada Concepción, que celebramos el 8 de Diciembre. Para
la fe católica, la madre de Jesús es anticipo del hombre redimido, imagen de lo
que espera el Creador de cada ser humano. En su sencilla humanidad se expresa
la predilección de Dios por los más pequeños, abandonados y débiles. Es una
genialidad divina: buscar lo más pequeño para manifestar su aprecio por el
hombre.
La devoción mariana acompaña nuestra historia
patria desde sus inicios. No es menor que tengamos 3 feriados religiosos
marianos. A los dos anteriores, unimos el 16 de julio, día de la Virgen del
Carmen, patrona de Chile.
Lo mariano – que no es adoración, como malentienden
sectores evangélicos – es expresión de una sensibilidad humana y religiosa muy
particular. Revela buena parte de la delicadeza de alma de los chilenos, que se
dicen poco religiosos pero a la hora de venerar y apreciar a la madre de Jesús,
no escatiman esfuerzos. Es interesante que no hay poblado que no venere alguna
imagen de la Virgen, desde la Asunta en Putre, hasta la Inmaculada Concepción
en Punta Arenas, pasando por la de Andacollo, Elqui, la Tirana, la Candelaria,
etc.
Lo mariano es seguro, garantía y camino de
encuentro con el Creador. Por lo mismo, no me preocupa una disminución de la
consistencia religiosa de los chilenos. En lo mariano, existen un gran seguro.
Hemos vivido días agitados. Desde la llegada del
Curiosity a Marte, término de los JJOO, revisión de los impuestos de los
chilenos y recrudecimiento de tensiones en varias partes del globo. Que el
miércoles no pase sin más. Material para lanzar una mirada a Dios hay de sobra.