.
*Jorge Navarrete Bustamante
Para
construir región se requiere de líderes positivos en los más diversos ámbitos:
en la ciencia, el arte, las universidades, los sindicatos, en el deporte, en
los medios, en las instituciones de colaboración o stakeholders, en la política,
y también en las empresas.
Empero,
para verdaderamente construir regiones, es necesario que además ellos se
reconozcan como tal, cultiven confianzas, se articulen y, en conjunto, se enfoquen
hacia indelebles objetivos de desarrollo regional.
Ser líder positivo
no es fácil. Es generalmente producto de un pensar y de un hacer solitario,
templando en ello su carácter, asumiendo riesgos, sacrificios y hasta dolor,
ese que a veces sólo se supera en la intimidad y el candor de la familia desde donde
es capaz de re inventarse y empezar de nuevo la cristalización de sus sueños, consubstanciados
siempre con el bienestar de mucho otros seres humanos.
En nuestra
región tenemos líderes positivos de distinta características, ámbitos y
perspectivas: Enrique Bravo Rocco, Alvaro Rojas Marín, Jorge López Balduzzi, Soraya
Apablaza, César Aldana, Guillermo Martinez, Melania Moya, Jaime Crispi, Fernando
Leiva, Alvaro Sahie, Paulina Elisetche, Fernando Flores, César Muñoz, Arnoldo
Sánchez, Ricardo Baeza, Guillermo Badilla, Jorge Brito, Pedro Fernández Ch., Daniela
Gillmore, Jaime Leiva, Yerko Moreno, Fernando Verdejo, Carlos
Bernales, Héctor
Brito, Cecilia Arancibia C., Hernán Astaburuaga, Fernando Gonzalez, Pedro
Sierra, Clarisa Ayala, Raúl Palacios, Arturo Fernández, Félix Jiménez, Pablo
Russo, Ramiro Plaza G., Franz Schubert, Carlos Torres F., Carmen Mella, Mario
Fuenzalida, Felipe Varas, Carlos Robles, Luis Huerta T., Llilda Traverso, Eduardo
Donoso, Felipe Egaña, Fernando Coloma y, por cierto, otros liderazgos emergentes
y vigentes que por espacio no es posible resaltar.
¡Qué mejor
sería nuestra región si todos tuvieran un punto de encuentro para unidos construir
sostenibles sinergias regionales!
Es precisamente
esta visión generosa la que orienta el accionar de Gustavo Rivera, sea en el
campo o en la ciudad; en los ámbitos del agua, los alimentos, la energía o de
las tecnologías; en la Agrícola Central, FIMAULE, los regantes, o en la Junta
de Adelanto del Maule; sea en Pelarco, Talca, o en su querido Curepto.
Gustavo
Rivera es un hombre de gran sencillez, esa que sólo tienen las personas
brillantes; sabe escuchar y tomar decisiones oportunas; es de pensamiento estratégico,
sin perder en ello la eficacia del actuar presente; es un emprendedor de
verdad.
Pero su
esencia está en Curepto, “donde corre el viento”, en que corriendo por esas
praderas y recodos de caminos se forjó en una feliz niñez junto a su madre y hermanos, conoció a la
mujer de su vida, y formó una bella familia.
Hoy, se ha
constituido en el símbolo de la reconstrucción después del sismo del 27 F,
continuará dando empleo a casi 1000 maulinos, y construyendo región.
Sin duda, un
líder de verdad.
MBA.
Universidad de Talca.