"El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie,
el realista ajusta las velas"
William George Ward
La respuesta corta seria: SÍ. No obstante ser optimista requiere de ingenuidad, ignorancia y una esperanza casi suicida en que las cosas saldrán bien. La apología actual del optimismo tiene su fundamento en mantener a la gente entretenida pensando que de la crisis nos van a sacar los mismos que nos metieron. Contemplar esa opción no es optimismo, es necedad. Pero mientras ellos nos dicen "saldremos juntos", "la economia son ciclos" y otras frases hechas nosotros esperamos que cambie el viento sin preocuparnos de ajustar las velas. Pensando que vamos seguros en el barco de Schettino.
La respuesta más larga a la pregunta seria: sí, es útil pero no es la mejor opción. Al menos no solo el optimismo. Con eso no basta. Creer que las cosas irán a mejor requiere de tener un carácter proactivo que facilite los cambios. Considero que lo que de verdad nos facilita las cosas es tener una disposición positiva ante la vida. Evitar las paranoias, las conspiraciones del mundo contra nosotros o la mala suerte. Es difícil que entre 7000 millones de personas hayas sido tú el elegido por el universo para que todo te salga mal. Que si un amigo te habla mal puede ser porque ha tenido un mal día o si tu mujer llega tarde a casa es porque tenía más trabajo. "Pinzarse" o turbarse con pensamientos negativos provoca situaciones críticas siempre. No quiero decir que haya que negar las evidencias pero hay que evitar las suspicacias negativas. No ser peliculeros ni dramáticos.
Afrontar que las cosas van a salir bien no garantiza el éxito pero pensar que van a salir mal es un buen primer paso para cosechar un fracaso.