La psicología es una práctica con muchas teorías detrás. Es la hija directa de la filosofía, que ha intentado crecer sin negarle a su amorosa madre, el mérito de haberla cuidado lo suficiente como para no dejarla sola, pero al mismo tiempo para darle la libertad de hacer una vida y labor propias. Es promotora del cambio mediante su intervención en diversas áreas, no sólo la clínica o el área laboral, sin subordinarse a ellas, y debe su valía a la colaboración y la propuesta, mediante la adaptación al cambio constante propio de las circunstancias, invitando siempre a la creatividad.