Todavía
no llega a los pinos y el “nuevo” PRI –encabezado por Enrique Peña- ya empezó a
hacer de las acostumbradas suyas, tal es el caso de Pedro Ferriz de Con quien,
después de hacer pública su opinión sobre el futuro presidente de México, se vio
obligado a abandonar por completo sus quehaceres informativos y comunicativos.
Así
será la cosa durante el venidero sexenio del “nuevo” priismo, una verdadera
cacería de brujas periodísticas y opositoras, un zafarrancho incontenible entre
quienes imponen el poder y quienes no navegamos a la par de sus conveniencias. La
salida de Don Pedro de los medios, debe ser considerada la punta de un iceberg
que, no tardará mucho en mostrar su horrible cara, una cara que ya conocíamos,
la de una dictadura cuasi perfecta que prefiere demostrar su miedo a la
inteligencia opinadora impositivamente, que aprender de sus errores y sumar
esfuerzos por un devenir patrio mejor.
La
libertad de opinión no puede, no debe, no merece ser castrada por el miedo, por
la ignorancia, por la terquedad o por la conveniencia de unos cuantos,
coartarla implica una severa violación a los derechos de los hombres –opinas y
escuchas por igual-
Al
momento de ser nombrado Enrique como el virtual ganador de las elecciones,
hablé del México que me duele, ese que mañosamente retrocedió en el tiempo y
permitió que la “nueva” vieja guardia tricolor -burocrática y amafiada como
siempre- recuperara su gallina de los huevos de oro y definitivamente México me
seguirá doliendo.
Enrique
Peña ciertamente no la tendrá fácil, y no solo porque heredará un México
dividido, sino porque también quedará en sus manos un México más despierto, más
activo, más unido –soñar no cuesta nada-, más y mejor politizado, y sobre todo,
más inteligente del que pudiera imaginarse, es responsabilidad de todos
nosotros continuar con este ejercicio de ir abriendo los ojitos de a pocos, de
no quedarnos callados. Insisto e insistiré hasta donde me sea posible, nosotros
–el pueblo- somos más, el que paga manda y el que pega primero, pega dos veces.
Solo nos falta darnos cuenta.
¿La
broma de la semana? Los bancos mexicas en la mira de la ley por lavado de
dinero y la certeza de que no les sucederá nada.