Estos primeros seis meses de gobierno del Partido Popular han dejado a más de uno decepcionado. Tras poner fin el pasado 20 de Noviembre de 2011 a más de siete años de desgobierno socialista de España, la mayoría de los votantes del partido de Rajoy se imaginaban que la situación mejoraría sustancialmente en lo económico; unos cuantos esperaban frenar la legalización de ETA; los menos, los más conscientes en definitiva de los problemas que acucian a España, esperaban que este nuevo gobierno pusiera fin al régimen autonómico reconocido en la Constitución de 1978, verdadero cáncer y corrupción de la Nación Española por la amenaza que supone para su continuidad en el tiempo.



