El ex Ministro
Juan Andrés Fontaine, ha criticado en distintas ocasiones el camino recorrido
por el Gobierno, señalando que “la confianza empresarial puede desmoronarse
rápido” a raíz de la paralización de la construcción de Hidroaysén. La
sensación en el mundo empresarial, es que Piñera está siendo forzado por las
protestas sociales a no ser lo consecuentemente neoliberal, así se pude
observar cuando el ex Ministro señala “las reglas del juego se perciben en
permanente mutación”.
La actitud de
los Matte a través de Colbún va justamente en esa misma línea. No es que las
propagandas pro medio ambiente les haya calado en su alma verde, es cosa de
observar cómo se nutre forestal Mininco en territorio Mapuche y como ello ha
destruido el ecosistema del Wallmapu sin generar una autocritica consistente en
esta patricarcal familia empresarial. El tema es otro, la hegemonía en la
elite, los que debería estar aliados con el Gobierno de Piñera, está mostrando
una fisura. Es más, se pude observar que el paso de las críticas verbales se ha
traducido en hechos reales para presionar al Gobierno a tomar una decisión y
encausarlo “en las buenas expectativas que inspiró el programa de gobierno” en
voz de Fontaine. En otras palabras, los empresarios también están protestando.
Hace mucho
tiempo que los empresarios dejaron de ser poderes fácticos como los llamo hace
diez años el eterno pre-candidato Andrés Allamand. A su vez, los que piensas
que los empresarios están sentados en sus oficinas observando inversiones sin
importarles los acontecimientos nacionales, también están equivocados. Los
empresarios son actores políticos claves desde fines de la dictadura militar.
¿Cuál es su proyecto? El neoliberalismo, este sistema político y económico,
regulado y profundizado por la Concertación que le dio garantías de estabilidad
a ellos.
Desde el
gobierno de Ricardo Lagos que los Matte no habían generado una atmosfera de
presión política. En aquella ocasión y a raíz del temido “Conflicto Mapuche”,
durante el 2000 y producto del ascenso de la movilización indígenas
operativizado en la multiplicación de incendios a sus plantaciones, Eliodoro
Matte en persona en ENADE, espeto a Lagos a dar un “golpe de timón” en la
conducción política. Según el heredero empresarial, los Mapuche estaban
“minando la capacidad de inversión del país”.
No por nada,
aquél ENADE se llamó “Confianza”. Lagos respondió a esa crítica, señalando
en aquella ocasión estar “decidido abordar el tema con toda la capacidad y con
toda la fuerza porque creo que este puede ser un elemento tremendamente
disyuntivo de nuestra cohesión como país.” Así, sin tapujos veía Lagos la
reivindicación Mapuche. Es por eso que generó las bases para iniciar el trabajo
de inteligencia que se denominó Operación Paciencia y que mandó a la
clandestinidad a la CAM. Junto con ello, generó tres juicios emblemáticos: Los
Loncos, Poluco-Pidenco y Asociación Ilícita Terrorista. Los dos primeros
terminaron con Pichún, Norin y Troncoso sentenciado, otro número de Mapuche
pasó a la clandestinidad y desde ahí continuaron resistiendo al imperio
Mininco.
Estimados,
cuando Matte golpea la mesa, hasta los que se dicen “progresista” terminan
girando en post de mantener a los empresarios de su lado. Al final de cuentas,
como dijo el antepasado ancestral de Eliodoro, Eduardo Matte Pérez, como
Canciller de Chile en 1889: “Los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del
capital y del suelo; Lo demás es masa influenciable y vendible; Ella no pesa
como opinión ni prestigio”.
Camilo Villavicencio, Derecho
Abrumador escenario... en el sentido de la impotencia que genera tener claridad de lo insignificantes que son las revueltas cargadas de adrenalina. Violencia policial, violencia antipolicial, cabros chicos detenidos, fuerzas especiales adiestradas para pegar en las rodillas, moretones, sudor, correr, lacrimógenas, gritos, prensa conservadora inflando los desmanes. No pesa como opinión ni prestigio.
Deprimente.
Buena y aclaradora columna :) te seguiré, saludos!