El
21 de Junio de 2006 publiqué una nota en varios periódicos donde expresaba mi
malestar para con los medios de comunicación, los candidatos a la presidencia y
el propio pueblo mexica pues, a mi parecer, días después saldría a votar un
pueblo, más que politizado, dividido por el pésimo manejo de información al que
se le había sometido no solo durante las campañas electoreras sino también,
durante la guerra sucia desatada por los propios equipos de los candidatos
contendientes.
Hoy,
ya bien entrados en el 2012 y a tan solo 19 días de las elecciones, la historia
se repite, el primero de Julio saldrá a votar un pueblo dividido, un pueblo fraccionado
por el mismo enfermizo circo mediático de los comicios presidenciales del
sexenio anterior, solo que en esta ocasión, acrecentados por el enorme flujo
que las elecciones han generado en las entrañas de las redes sociales. Al día
de hoy podemos encontrar vertida en todas ellas información de todos los
colores y sabores, aderezada por un sinfín de vituperios y descalificaciones
entre seguidores y fanáticos de los distintos candidatos.
Simplemente
no hemos aprendido que las naciones se construyen de dos únicas fuerzas
latentes, el gobierno y la ciudadanía, si el primero no funciona, es obligación
del segundo regresarlo a la vereda de la gobernabilidad pero, si el segundo se
la pasa pendejiándose a diestra y siniestra, el primero puede, con la mano en
la cintura, hacer con nuestras voluntades lo que bien le venga en gana y,
definitivamente, eso es –o al menos debería de ser- lo que menos nos merecemos
como contribuyentes y paisanos de los primeros, ¿o me equivoco?
Si
fulano le dijo a fulana, si fulana le dijo a los fulanos, si dos fulanos y la
fulana ignoran por completo a fulanito, si fulanito se las da de muy trucha
manque no entienda ni papa, si fulana se viste a la moda, si fulanales se sigue
quejando de todo, si fulanete no articula palabra correctamente, etcétera, esas
son cosas que a nosotros, la fulanada mexicana, nos debería importar poco menos
que un comino, a nosotros nos debe importar ser una fuerza indivisible –portándose
el color que se prefiera- para hacer frente a las barrabasadas que el fulanillo
mayor terminará cometiendo durante el sexenio venidero, por eso insisto –de nueva
cuenta pero seis años después- vote usted por quien usted prefiera pero VOTE
INTELIGENTEMENTE y NUNCA OLVIDE QUE, quede quien quede, arrieros somos y a
silbidos nos llevamos.