Ligada a la propia idea de la globalización, que habría eliminado las diferencias entre las distintas naciones y pueblos que habitan el mundo, se encuentra la famosa expresión «Aldea Global» o «ciudadanía del mundo», concepto que supone la existencia de una serie de núcleos urbanos, de ciudades interconectadas entre sí por encima de cualquier diferencia estatal, a través de los sofisticados medios de transporte actuales o de medios de comunicación electrónicos como los de internet. No sólo el movimiento 15 M, del que se ha cumplido un año recientemente, se postula como movimiento de «ciudadanos del mundo», sino que prestigiosos analistas, tales como Robert Kaplan, ya anunciaron en obras como su Viaje al futuro del Imperio que el concepto clásico de Estados Unidos como nación estaba disolviéndose en cuestiones tan comunes como las líneas aeronáuticas: hoy día es posible volar directamente desde ciudades norteamericanas tan poco conocidas como Omaha o Kansas a ciudades como Pekín o París, sin hacer escala en ciudades como Nueva York, Los Angeles o Washington. La idea de una ciudadanía «global» cobraría fuerza en hechos como estos.



