La sociedad de consumo ha decidido mimar a ciertos segmentos de la población y arrebatarles el poder a otros. Habiendo decidido disolver el poder que otrora estaba en manos del padre, para socializarlo a favor de los otros miembros de la familia. Es decir, socializarlo con las madres y los hijos, a los que se suman también: otros miembros de la familia, las amigas de la madre y los integrantes del grupo de pertenencia de los hijos. Esta decisión que se ha puesto en marcha desde hace ya mucho tiempo, se debe a que estos componentes de la familia son más permeables a los mensajes consumistas y más manipulables al momento de consumir y proclives a hacerlo desmedidamente. Mientras que el padre, encargado de proveer los medios económicos al grupo familiar, no pone el acento en el consumo, por estar centrado en producir estos medios económicos.