Para nadie es un misterio el mal momento que viven hoy los principales actores e instituciones políticas en general, con un alto grado de desprestigio y desconfianza ciudadana que se aprecia en las distintas encuestas de opinión. Síntoma preocupante del estado actual de nuestra democracia, que se vio agudizado por las numerosas movilizaciones sociales que vivió el país durante gran parte del año pasado.