El tejado de vidrio de las jerarquías salta en mil pedazos a medida que surgen más y más denuncias por abusos de sacerdotes, obispos y cardenales en contra de niños, púberes y adolescentes. La jerarquía que ha encubierto por décadas la pedofilia y los abusos sexuales contra niños, ha hundido la credibilidad de la institución.