Paseando por la ciudad de Morelia en cada parada me encontraba cientos de niños en los semáforos queriéndome limpiar el parabrisas; entre gente que accede y otros que suben sus vidrios y hacen como que no existen. ¡Ahí están! esos niños de la calle que en Morelia se estima que hay más de 250 niños en esa situación niños que han decidido vivir en la calle que estar con su familia con historias detrás de violencia, dolor y drogadicción.
Esos niños que tienen todo un futuro por delante pero la situación de ha encargado de obstruir su camino, esos niños tan fuertes como vulnerables para la delincuencia, esos niños que no quieren más que un techo y comida. Niños que desean superarse y ser alguien en la vida que a igual que todos piensan y sienten el rechazo de una sociedad en la que son mal vistos y excluidos.
Con sus caritas tristes con un futuro incierto viviendo en alcantarillas y debajo de los puentes; soñando con una vida digna y feliz alejados de la maldad de a gente y de las drogas esos niños están ahí como los hijos de nadie...pero son hijos de todos