“El agua es el vínculo de la naturaleza”.
Leonardo da Vinci.
Decir que el agua es vida, que es vital,
implica un significado muy profundo. Nuestro cuerpo está constituido por un 65
por ciento de agua y el planeta es en un 72 por ciento del preciado líquido
(aunque solamente un 2% es agua dulce). La producción agrícola depende en su
totalidad de recursos hídricos y la producción de alimentación de los
seres vivos no sería posible sin ella.
El manejo inadecuado de este recurso
natural da origen a enfermedades, hambre y desolación. Aunque es un
recurso renovable, las estadísticas indican que es más la cantidad que se
consume en proporción de la que se recupera. El mundo tiene sed y,
evidentemente, los humanos hambre.
Este 22 de marzo de celebra a nivel
internacional el Día Mundial del Agua. El lema para este año es “ El agua y la
seguridad alimentaria”, tomando en cuenta que solamente el cuidado y
uso adecuado de este recurso, se podrán producir los alimentos que
requieren 7 mil millones de seres humanos en el mundo, de los cuales
aproximadamente mil millones sufren de hambre crónica.
Según informes de la Organización de las
Naciones Unidas, además del consumo directo de agua que requiere el cuerpo
humano, también existe el consumo indirecto, por ejemplo, la producción de un
kilogramo de carne requiere de 15 mil litros de agua; un kilo de trigo, implica
1,500 litros de agua. De ahí la importancia del agua para garantizar la
alimentación de los seres humanos.
Entre las medidas para garantizar la
alimentación, la ONU enfatiza en la creación de una consciencia solidaria con
la naturaleza, en particular, con el agua. Por ejemplo, recomienda no
desperdiciar no solamente el vital líquido, sino también evitar el desperdicio
de alimentos. Se presume que la humanidad tira a la basura en promedio el
30 por ciento de los alimentos.
En México padecemos una sequía severa
desde el otoño del 2010. El 54.6% de su territorio está afectado por algún
grado de sequía y un total de 19 Entidades Federativas se encuentran con sequía
extrema, teniendo como consecuencia, falta de alimentos, disminución en la
producción agrícola, muerte del ganado, peligro de incendios forestales,
restricción en el consumo de agua para las necesidades básicas y, por supuesto,
hambre y enfermedad.
En el estado de Chihuahua, uno de los más
afectados, se dejó de sembrar más del 50 por ciento de frijol, alimento básico
para los mexicanos. Es un derecho fundamental el acceso a la salud, a la
alimentación y a la satisfacción de las necesidades prioritarias. Sin embargo,
en materia de agua, también existe la desigualdad.
Tomar consciencia del cuidado del vital
líquido, unirnos a las campañas para su cuidado, predicar con el ejemplo con
nuestros hijos y nuestros alumnos, es materia de trabajo todos los días, no
solamente el Día Mundial del Agua, aunque en este día debemos renovar nuestro
compromiso con este elemento que nos da vida, salud y hasta belleza
personal, al medio ambiente y a todo nuestro planeta.