Últimamente ando preocupado: olvido
más de lo normal.
No se trata de despistes, dejar
regado algún objeto en un sitio que vuelve a la memoria con tan solo dar unos
pasos atrás, regresar sobre los pasos como si (o será en efecto así) se
regresara a la vez por el mismo cauce de pensamientos de donde nació el olvido.
En fin, no es un olvido de “objetos
físicos”, de ser así, tal vez no me preocupara tanto.
Se trata de que olvido palabras, se
borran de mi mente justo cuando más la necesito para hacerme entender. Y no son
palabras en desuso, esas a las cuales se recurre de vez en cuando y siempre con
el diccionario en la mano; sino palabras de las cuales hice uso minutos antes,
o fueron leídas, o fueron vividas hace apenas unos instantes.
A veces estoy conversando y al
momento de completar una frase…zás!! se extravió la palabra, y quedo como un
tonto, con mirada de tonto incluida, sin saber qué decir. En el mejor de los
casos (¿o será el peor?) me deshago en gestos teatrales, señalando a espacios
vacíos como pidiendo a mis dedos, a mis manos, que digan lo que la boca no
dice, que recuerden lo que el cerebro extravió en su madeja de neuronas.
Por suerte, esas palabras ausentes aún
no me faltan cuando escribo. Sería triste añadir, al amenazante blanco del
papel (con el tintineo exasperante del cursor), ese ir y venir de ideas
esquivas. He llegado a pensar si no tendré que andar por la ciudad con una
pequeña libreta donde anclar esas palabras que no quieren ser mencionadas.
Por si acaso, ya he cambiado la
rutina de mis pasos, me cepillo con la mano izquierda e intento leer algunas
frases con el papel “de cabeza”. Dicen que esos ejercicios ayudan a ejercitar
la mente y suelen prevenir el tan temido y mencionado Alzheimer
Por ahora sólo me queda hacer una
cosa…uhmm, qué era…creo queeee….ah!! sí, publicar esta columna.
Noel Pérez García, Comunicación
Gracias por el comentario Fransisco, trato de que esa angustia no se adueñe de mi, precisamente un olvido, este sí de un objeto físico, hizo nacer esta columna, así pretendo luchar un poco, jocosamente, contra posibles angustias.
Saludos
Noel
Francisco Javier Brenes Berho, Periodismo
Cuando estos "olvidos" se vuelven muy frecuentes la persona que los experimenta sufre una gran angustia. !Saludos!