Las empresas saben que los chicos poseen buena parte de la decisión sobre el consumo de bienes y servicios en el hogar. Es por eso, que las propagandas están dirigidas a despertar en ellos los deseos por poseer lo que se les ofrece, que por supuesto deberán pagar sus padres o los adultos mayores más cercanos, movilizando el consumo de bienes materiales que los satisfarán mientras sean una novedad. Siendo reemplazados por otros con una gran velocidad de rotación, aumentando esta velocidad con la oferta de nuevos productos.