Parece obvio decir
que a casi todos nuestros gobernantes les gusta evaluar, pero no ser evaluados,
y mucho menos en víspera de elecciones. No obstante, es conveniente tener siempre
presente esta realidad.
En una verdadera
Democracia la evaluación del desempeño de los gobernantes es tarea de los
ciudadanos, y es el camino correcto para establecer una dinámica virtuosa que
permita obtener un Buen Gobierno.
La Evaluación
Política es la que hacen los integrantes de la Polis moderna: el Estado, sobre
los resultados de los gobernantes, y se convierte en cultura democrática mediante
su ejercicio constante en cada una de las elecciones.
·
La Evaluación Política y sus distorsiones
La gran Evaluación
Política es aquella que se hace por los ciudadanos el día de las elecciones,
directamente y sin intermediarios de ninguna clase, porque una decisión de esta
importancia y trascendencia no puede arriesgarse a las interpretaciones de la
“representatividad”.
Desde una
equivocada idea de la “representatividad”, muchos de nuestros gobernantes
suelen entender el ejercicio evaluatorio como un privilegio casi exclusivo de
la autoridad, y parapetados en ese distorsionado entendimiento no aceptan más
evaluación que la de ellos mismos. Esa pretensión de ser juez y parte en su
propia evaluación revela el espíritu antidemocrático de tales políticos.
Con el argumento de
la “globalidad” nuestros gobernantes están siempre prestos a evaluar la
“competitividad” y la “productividad” de sus ciudadanos para imponerles toda
clase de sacrificios, con la trillada excusa de “hacerles progresar”. Desde su distorsionada
óptica la falta de productividad y progreso es siempre responsabilidad del
Pueblo (1), nunca de los malos gobernantes o de “la mano invisible del mercado”
con la que defendieron pírricamente su indolencia intencional.
Esa forma de pensar
queda muy bien para una monarquía o una dictadura, pero resulta totalmente
fuera de lugar en una verdadera Democracia, porque en esta, el primer derecho
de evaluar corresponde al Pueblo. Este es el verdadero sentido de la
disposición Constitucional que establece: La
soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo.Todo poder
público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. (2)
No obstante esa clara
orden Constitucional, casi todos los gobernantes y elites dominantes suelen
hacer uso de los mayores recursos a su alcance para evitar que la consciencia
ciudadana despierte, se desarrolle y advierta que la Evaluación Política es uno
de sus Derechos Humanos esenciales. Por eso emplean toda su energía para evitar
que se forme y se consolide una cultura de esta naturaleza, que les pueda restar
o restringir poder y privilegios.
El mayor esfuerzo
de los gobernantes para evitar ser evaluados se realiza, con dinero público,
faltaba más, en época de elecciones.
·
“Por allá, por allá…”, el perverso juego de la
distracción
Se debe tener muy
claro que en un sistema antidemocrático las elites dominantes pretenden evitar
a toda costa que los ciudadanos hablen de los problemas que les agobian a ellos mismos y a sus familias, de sus carencias y de los agravios que en su perjuicio cometen los gobernantes, porque
a final de cuentas estos son quienes protegen los intereses de aquellas.
Por eso se esmeran
en hacerles sentir a los ciudadanos que pensar en sus carencias y problemas no
importa, está fuera de moda o es un idealismo absurdo, y se emplean a fondo
para imponerles la sumisión explotando un falso sentimiento de vergüenza, de auto
denigración, reforzado con actos que les demuestren la insignificancia e
impotencia de sus indignaciones e inconformidades frente al gran poder: ese es
el “valor didáctico” de la impunidad gubernamental.
El primer truco y
el más trascendente de todos los que realizan algunos gobernantes para evitar
ser evaluados es el de la desviación de foco de atención.
“Borrón y cuenta
nueva” es el lema favorito de los malos gobernantes y por eso se aplican en
confundir a los ciudadanos acerca del propósito fundamental de las elecciones:
prefieren que se olviden de evaluarlos a ellos y que se ocupen exclusivamente
de las personas de los candidatos o candidatas y sus circunstancias.
El propósito de
toda elección es, en primer término, evaluar a los gobernantes en turno y a los
partidos que los postularon: ¿fueron buenos o malos sus programas o acciones de
gobierno?, si lo primero, habrá que premiarlos con un nuevo período, si lo
segundo, habrá que cambiarlos sin importar a quien postulen, “así l@ presenten en papel celofán con todo y moño”.
Elegir al candidato
o candidata postulados por el partido en el poder, cuyo gobernante ha dado
malos resultados es una decisión reprobable, de ciudadanos que demuestran poco
respeto por sí mismos o francas inclinaciones masoquistas. No se puede premiar
a quienes nos agravian, porque es muy probable que la nueva o el nuevo repitan
aumentados sus agravios, plenamente confiados en nuestra debilidad o cobardía,
y no tendremos ya cara para reclamarles.
En cambio, cuando
un gobernante sirve bien a su Pueblo, construye una razón muy poderosa para que
los ciudadanos voten por el candidato de su mismo partido, sin que impacte
demasiado quien pueda ser; salvo que por sus pésimos antecedentes hiciere temer
lo peor y se justifique evitar que llegue al poder.
En la estrategia de
la desviación, para confundir a los ciudadanos y evitar la evaluación de los
gobernantes se suele desplegar una gran campaña sin reparar en gastos, como si
fuera una gran función de circo, pero muy cara (3).
Bajo esta
estrategia, todos los reflectores se enfocan deliberadamente hacia los aspectos más ridículos e
irrelevantes de las personas de los candidatos: que si son guapos, que si son simpáticos,
que si las encuestas que ellos mismos pagan y manipulan les favorecen, etc. y
cualquier detalle absurdo se magnifica y difunde hasta el hartazgo en casi
todos los medios controlados, todo lo que resulte necesario para ocultar los
temas que realmente importan.
·
“Que súbele, que bájale y que ¡chúpale pichón…!”
El circo de las
encuestas se aviene muy bien para los aviesos propósitos de desviar la atención
ciudadana de la evaluación de los malos gobernantes.
El poder siempre ha
ejercido una fascinación irresistible para el hombre, y dosificar el suspense de
quien aparentemente puede ganar, mediante alzas y bajas, artificiales o
ciertas, es un señuelo de hipnosis colectiva que, de no ser advertido a tiempo,
se convierte en una trágica trampa si sustituye al balance de resultados que
cada ciudadano debe hacer por sí mismo para elegir, sustituyéndolo por las
historias que terceros le presentan, muchas veces motivados económicamente por
los mismos gobernantes o las elites dominantes para poder perpetuarse. (4)
En todos estos
casos las encuestas no se enfocan a preguntarle al ciudadano como evalúa los
resultados del gobernante en turno, y a partir de eso, de si lo premiara o
castigara con su voto (además de que por razones de “cortesía mediatica”, los
medios de comunicación suelen dar siempre una calificación de regular para
arriba al gobernante en turno, aunque la mayoría ciudadana lo deteste y viva
contando los días que le faltan para irse. Razones de venta de espacios
publicitarios y temor a otras formas de represión lo explican y la gente lo
entiende: es una mentira sabida y tolerada).
Al hacer
abstracción de lo anterior: la evaluación del gobernante saliente, ademas las encuestas y los encuestadores manipulan de otra forma sutil la
atención de los ciudadanos, porque con la desviación de su enfoque favorecen a la candidata o al candidato del partido en el Poder que ha dado malos resultados. “Como
por arte de magia” le descargan el peso de todos los errores del gobierno al
que pertenece para que pueda arrancar “limpiecita o limpiecito” y libre de
culpas, pero ¿lo está?. Evidentemente no, porque no resulta ajena o ajeno a las fallas y agravios cometidos.
·
Si don fulanón lo dice…
A los perversos
juegos de la desviación del foco de atención y de las encuestas a modo, se suma
la treta de los “opinadores de gran nivel”.
El mal gobernante
suele serlo para una gran mayoría de sus ciudadanos, pero de ninguna forma para
todos. Hay una reducida elite de favorecidos que siempre estará dispuesta a
defender todo lo bueno que en su concepto ha hecho (esencialmente en su
provecho).
Hace lustros,
cuando las mentes más lucidas cuestionaron el irresponsable abandono de las
funciones esenciales de gobernar en “la mano invisible del mercado”,
argumentando que esto llevaría a las Naciones a la quiebra y a millones de familias
a la pobreza, aparecía siempre la voz del FMI, del Banco Mundial, cuando no
juntos, a pontificar que se estaba haciendo bien. A estas fechas todos
conocemos los resultados: los gobiernos han tenido que salir a “rescatar” a las
grandes corporaciones privadas con el dinero del Pueblo y este se sume cada vez
más en la angustia económica por los pagos que tiene que hacer de esas políticas
fallidas, sin saberlo.
Ahora las alabanzas
del FMI y del Banco Mundial a los malos gobiernos que se ciñen ciegamente a sus
dictados, más que ayudarles les perjudican: todavía siguen funcionando penosamente,
pero están desacreditados por sus resultados, su calidad moral e institucional
es prácticamente nula.
Para sustituir a
tales apoyadores las elites gobernantes han creado nuevos “opinadores de gran
nivel”, sucedáneos de aquellos pero con el mismo fin de confundir nuevamente a los
ciudadanos y descalificar su propia evaluación.
El verdadero propósito
de toda la escenografía que se monta frente a los ojos ciudadanos es un mensaje
muy sutil: quién crees que eres tú, insignificante ciudadano de una pobre Nación
para cuestionar a los que dicen que si saben… no seas soberbio, porque la
soberbia es pecado, debes perdonar y olvidar; “aprende a sufrir resignadamente”.
En apariencia el
efecto de un mensaje de este porte es contundente y cuando menos puede servir
para preparar una “elección de Estado” (5) o algún “fraude patriótico”. No
obstante, las evidencias recientes demuestran que en realidad todos esos
“voceros de calidad” producen resultados adversos en las mayorías, les oyen
pero no les escuchan, porque comprenden con claridad hacia dónde les quieren
llevar.
·
El florecimiento de la Cultura de la Evaluación
Política
El hombre tiene la comprobada
vocación de ser libre, afortunadamente la conciencia ciudadana ha despertado a
la Democracia y todas esos obscuros propósitos se estrellan ahora frente al
florecimiento de la Cultura de la Evaluación Política.
El Pueblo ha
redescubierto cual es el Fin del Estado Democrático (6) y no está dispuesto a
dejárselo escamotear fácilmente.
¿Porque es que la
conciencia ciudadana ha despertado haciendo florecer la Cultura de la Evaluación
Política?, esta una pregunta que puede recibir numerosas explicaciones,
mencionare solamente cuatro:
I.- A pesar de los
esfuerzos de los malos gobernantes por mantener al Pueblo en los límites de la
ignorancia, la inteligencia popular prospera aun en la adversidad y les libera,
desarrollando una especie de instinto de supervivencia colectivo que se rebela obligadamente
cuando los abusos rebasan con mucho su capacidad de aguante. Si se ha rebasado
el umbral de lo sensatamente tolerable para agraviar a la dignidad humana de
forma constante y evidente, la impunidad gubernamental aparentemente se soporta
pero los “costos políticos” (7) se cobran
con creces, de forma pacífica, el día de las elecciones.
II.- Las
condiciones geopolíticas del contexto internacional, que antes hicieron posibledoblar a la dignidad ciudadana y
forzar la dominación de cualquier modo, respaldando incondicionalmente la voracidad y soberbia de
los malos gobernantes, han cambiado y el entorno económico también.
III.- La tecnología
ha traído de su mano a insospechadas y poderosas aliadas de la Democracia y las
libertades: las redes sociales. Estas permiten el acceso a fuentes de
información impensables sin ellas, así como la evaluación y el libre ejercicio
de la crítica. Además, las redes sociales contrarrestan la hipnosis colectiva de
las “verdades oficiales” difundidas por los medios controlados, exhiben sus
desviaciones y destruyen sus infundios.
IV.- Una incipiente
conciencia colectiva, en poderosa expansión, se ha percatado que la evaluación
del desempeño de los gobernantes, a través de los votos en los comicios, es el
camino correcto para obtener un Buen Gobierno.
·
El caso de México
México no ha sido
ajeno al despertar de esa Cultura de la Evaluación Política, numerosos ejemplos
dan fe de lo anterior.
A nivel Federal:
En el año 2000, los
ciudadanos Mexicanos al evaluar concluyeron que era necesario un cambio en la
Presidencia de la República, cambiando al Partido Revolucionario Institucional
por el Partido Acción Nacional.
En el año 2006,
durante unas elecciones muy cuestionadas, la evaluación ciudadana sobre el desempeño
del PAN en el Gobierno le permitió retener por un margen mínimo de votos el
Ejecutivo Federal ante el Partido de la Revolución Democrática.
A nivel estatal:
En 2009, el PAN
gana la gubernatura de Sonora al PRI, en un proceso fuertemente influenciado por la
tragedia de la guardería ABC, y el Revolucionario Institucional gana Querétaro en
poder hasta entonces de Acción Nacional. (8)
En 2010, el PRI gana
las gubernaturas de Aguascalientes y Zacatecas, en poder respectivamente del PAN
y el PRD. Por su parte tres coaliciones ganan sendas gubernaturas en estados en
poder del Revolucionario Institucional: Oaxaca, Coalición “Unidos por la Paz y el Progreso” (conformada
por PAN, PRD, PT y Convergencia); Puebla, Coalición “Compromiso por Puebla” (PAN,
PRD, Convergencia y PANAL); Sinaloa, la coalición
“El Cambio es Ahora”, (PAN, PRD y Convergencia, postulando a un ex militante
del PRI. (9)
En 2011, el Partido
Revolucionario Institucional obtiene una evaluación sobresaliente a su
desempeño y en combinación con un candidato de arraigo prácticamente “arrasa”
en los comicios para Gobernador en el Estado de México. (10)
En 2012, en
elecciones sumamente disputadas, el PRI gana la Gubernatura en Michoacán, en
poder del PRD, enfrentando una gran competencia del PAN que postulo a la
hermana del Presidente de la República. (11)
Twitter: @adiazpi
(1)
Recientemente Felipe Calderon, Presidente de México, de alguna forma justifico
los bajos ingresos de la mayoría de los Mexicanos que si tienen empleo,
argumentando que los chinos ganan menos: “Salarios en China, infinitamente más bajos
que en México”, Calderón defiende la competitividad del país http://www.jornada.unam.mx/2012/02/14/politica/014n1pol
(2)
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, articulo 39.
(3)
Por ejemplo: “Gobierno de Calderón, pago 25 millones de pesos a Milenio en solo
6 meses” , http://www.enlapolitika.com/Gobierno_Calderon_Milenio_25millones.html
(6) Diaz
Piña, Antonio; El Fin del Estado Democrático; http://adiazpi.blogspot.com/2011/10/el-fin-del-estado-democratico.html
(7)
Ídem: Las redes sociales en la web http://adiazpi.blogspot.com/2011/09/las-redes-sociales-en-la-web.html
y El miedo a las redes sociales http://adiazpi.blogspot.com/2011/10/el-miedo-las-redes-sociales.html
(9)
Para más información de los comicios celebrados en el año ver: Calendario
electoral 2009, http://www.ife.org.mx/docs/IFE-v2/DECEYEC/DECEYEC-ProcesosElectorales/ISU_CalendarioElectoral2009.pdf
(10)
Para más información de los comicios celebrados en el año ver: Elecciones en México Resumen de Resultados 2010,
(11)
Para más información de los comicios celebrados en el año ver: Calendario
electoral 2011,http://www.ife.org.mx/docs/IFE-v2/DECEYEC/DECEYEC-ProcesosElectorales/Calendario-Docs/Calendario_2011_final.pdf